¿Qué pasa en Honduras y por qué tras tres semanas de las elecciones siguen sin presidente electo?

Una reñida contienda sumado a deficiencias técnicas en el cómputo, enormes presiones políticas sobre las autoridades electorales y el constante boicot desde la presidencia y el partido de Gobierno han provocado que Honduras aún no tenga oficialmente un presidente electo.

Aunque el 99,82 % de las actas están escrutadas y contabilizadas sin ningún tipo de impugnaciones, la estrecha diferencia entre los dos candidatos punteros –ambos opositores al izquierdista y oficialista Partido Libertad y Refundación– obliga a computar todas las actas antes de un declaratoria oficial de resultados.

En el computo oficial aún no se reflejan los votos emitidos en las actas catalogadas como impugnadas o con inconsistencias. Los votos contenidos en casi 3.000 actas en esta categoría podrían confirmar la tendencia y la leve ventaja o hacer cambiar los resultados o confirmar. Para que estos votos sean contabilizados será necesario un «escrutinio especial» que implica una revisión manual de cada acta y boletas introducidas en la urna con presencia de testigos de todos los partidos políticos.

Según la página web del Consejo Nacional Electoral (CNE), con el 99,82 % de las actas escrutadas, el conservador Nasry 'Tito' Asfura, que tiene el apoyo del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, obtiene 1.322.696 votos (40,40 %), seguido estrechamente por el también opositor Salvador Nasralla, del Partido Liberal, que suma 1.290.119 papeletas o el 39,40 %. La candidata del gobernante Partido Libertad y Refundación, Rixi Moncada continúa en el tercer lugar con 629.300 votos (19,22 %) sin ninguna esperanza de remontar ese resultado.

El jueves se inició, con retraso, el escrutinio especial para el conteo de 2.792 actas electorales que serán decisivas para confirmar o revertir la diferencia de unos 30.000 votos entre Asfura y Nasralla. El proceso de escrutinio especial cuenta con la presencia de observadores nacionales e internacionales y está siendo transmitido en vivo y en directo en la cuenta de YouTube del CNE.

Desde el día de las elecciones el CNE tiene, por ley, hasta el 30 de diciembre para dar a conocer los resultados.

Si no los diera en esa fecha, el caso pasaría al Parlamento, donde su actual presidente, el izquierdista Luis Redondo dijo en un comunicado que «ante la falta de declaratoria formal, será la Comisión Permanente que convoque al pleno del Congreso Nacional para efectuar el escrutinio de cada una de las Juntas Receptoras de Votos (JRV)». Es decir abrir todas las cajas aunque no hayan sido impugnadas.

Redondo no convoca al pleno del Congreso desde a finales de agosto por marcadas diferencias con los principales grupos de la oposición, los partidos Nacional y Liberal que juntos hacen mayoría en el Legislativo. En octubre instaló una Comisión Permanente, con amplios poderes, integrada solamente por nueve de los 128 diputados dl Parlamento, un golpe en toda regla al poder Legislativo de Honduras.

El CNE mantiene el calendario electoral

Según las proyecciones de las consejeras Ana Paola Hall (presidenta del CNE) y Cossette López, habrá resultados en el plazo que tiene el organismo, pese a los múltiples obstáculos que ha tenido el proceso, desde mucho antes de las elecciones.

Los hondureños votaron para elegir a un presidente, tres designados presidenciales (vicepresidentes), 298 alcaldías, 128 diputados para el Parlamento local y 20 para el Parlamento Centroamericano.

El nivel de incertidumbre y suspicacia comenzó a bajar el jueves, después de que la presidenta hondureña, Xiomara Castro, anunció que aceptará los resultados oficiales del CNE y que habrá una transición «pacífica» del poder, después de que estuvo exigiendo que se hiciera un recuento «voto por voto».

Castro, la primera mujer presidenta de Honduras y aliada del eje bolivariano con la dictadura castrista y el régimen de Nicolás Maduro, concluirá su mandato de cuatro años el 27 de enero de 2026 fecha en que debe asumir el poder el nuevo presidente.