Las administraciones ubicadas en destinos turísticos concentran gran parte de las ventas estivales
¿Quién compra Lotería de Navidad en verano? Las cifras que sorprenden cada año
Muchos aprovechan sus vacaciones para adquirir décimos en lugares donde históricamente ha tocado el Gordo o en administraciones célebres
Aunque el sorteo de la Lotería de Navidad se celebra el 22 de diciembre, muchos españoles comienzan a comprar sus décimos mucho antes de que llegue el frío. De hecho, las ventas arrancan oficialmente en julio, y cada verano se registran cifras que sorprenden tanto a turistas como a los propios vendedores.
Lejos de ser una rareza, comprar Lotería de Navidad en verano se ha convertido en una costumbre muy arraigada. Según datos de Loterías y Apuestas del Estado, más del 10 % de las ventas totales del sorteo se realizan entre julio y septiembre. Este porcentaje ha ido en aumento en los últimos años, impulsado por el turismo, la tradición y el miedo a quedarse sin el número «de siempre».
Los principales compradores en esta época son, precisamente, los veraneantes. Muchos aprovechan sus vacaciones para adquirir décimos en lugares donde históricamente ha tocado el Gordo o en administraciones célebres, como Doña Manolita (Madrid), La Bruja de Oro (Sort) o El Gato Negro (Barcelona). Llevarse un décimo «de recuerdo» se ha convertido en una costumbre tan común como comprar un imán o una postal.
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La ilusión no entiende de estaciones
Las administraciones ubicadas en destinos turísticos, especialmente de costa, concentran gran parte de las ventas estivales. Zonas como la Comunidad Valenciana, Andalucía, Baleares o Canarias registran un repunte notable durante los meses de julio y agosto. En muchos casos, los turistas extranjeros también participan, atraídos por el folclore del sorteo y la posibilidad de compartir un premio histórico.
El componente emocional también pesa. Hay quienes compran el décimo en verano «por si acaso», para no quedarse sin el número que asocian a la suerte o a su lugar de vacaciones. Otros lo hacen como tradición familiar, o incluso para regalarlo en Navidad a amigos o compañeros de trabajo.
El fenómeno de la Lotería de Navidad veraniega demuestra que la ilusión no entiende de estaciones. Aunque el calor apriete y las playas estén llenas, cada año miles de personas adelantan la magia de diciembre, convencidas de que la suerte puede empezar a forjarse bajo el sol.