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obituario Christos Sartzetakis

Christos Sartzetakis, expresidente de GreciaAFP

Christos Sartzetakis (1929-2022)

El juez de base que se convirtió en presidente

Instructor de un asesinato político que conmovió a Grecia, su prestigio le llevó hasta la jefatura del Estado entre 1985 y 1990

icono Christos Sartzetakis
Nació en Tesalónica el 6 de abril de 1929 y falleció en Atenas el 3 de febrero de 2022

Christos Sartzetakis

Abogado en 1955, juez de paz en 1956 y magistrado de pleno ejercicio a partir de 1957, instruyó el caso Lambrakis desde 1963 a 1965. Tras una excedencia y una destitución, retomó su carrera judicial entre 1974 y 1985, cuando fue elegido presidente de la República por un mandato de cinco años

El 27 de mayo de 1963 fallecía en Tesalónica el diputado griego de izquierdas Grigoris Lambrakis, cinco días después de haber sido golpeado violentamente después de una manifestación que había organizado en la segunda ciudad de Grecia. Lambrakis era un militante pacifista. Sin ir más lejos, abogaba por el desarme nuclear unilateral en plena Guerra Fría. Su funeral en Atenas congregó a medio millón de personas, una multitud similar a la que había asistido mes y medio antes a la marcha prohibida por el Gobierno conservador de Konstantinos Karamanlis. Éste, ante las proporciones que iba tomando el escándalo, acabó dimitiendo. La instrucción del homicidio de Lambrakis recayó en un joven juez, Christos Sartzetakis, que desde el principio tuvo que enfrentarse a presiones e intentos de obstrucción por parte del poder ejecutivo; algunas, incluso, habrían procedido del Palacio Real.

Pero el juez no se arredró, investigando hasta el final y demostrando la implicación de mandos policiales en la preparación del homicidio. Por prudencia, Sartzetakis, una vez terminado el caso, se marchó a París para ampliar estudios. Cuando venció su excedencia, volvió a una Grecia en la que la Junta de Coroneles se había hecho con el poder mediante un golpe de Estado. Sus integrantes actuaron sin contemplaciones: además de rehabilitar a los policías condenados en el «caso Lambrakis», comenzaron un lento pero implacable acoso para con Sartzetakis –y una veintena de jueces– que culminó con su encarcelamiento preventivo en el otoño de 1970, siendo torturado durante el año que permaneció entre barrotes. Su liberación fue motivada por una intensa campaña internacional apuntalada a su vez por el éxito de «Z» –Oscar a la Mejor Película de Habla No Inglesa y Premio del Jurado en el Festival de Cannes–, basada en su famosa instrucción. El personaje de Sartzetakis estuvo magistralmente interpretado por Jean-Louis Trintignant, bajo la dirección de Costa Gavras.

Sartzetakis retomó su carrera judicial con la vuelta de la democracia y fue escalando los peldaños hasta llegar a la Corte de Casación, el Supremo griego. Su presencia en tan alta instancia, sumada a su prestigio previo así como el hecho de no estar afiliado a ningún partido, incitó a los parlamentarios a pensar en él para suceder en la Presidencia de la República a un Karamanlis dimisionario. Tras un polémico escrutinio –con acusaciones de transgresión del carácter secreto de la votación por parte de la derecha–, Sartzetakis fue juramentado como tercer presidente de la República Helénica el 30 de marzo de 1985. Durante un lustro, desde las funciones moderadoras que le atribuye la Constitución de 1975, intentó pacificar una vida política de por sí muy ajetreada. El éxito fue más bien relativo: el progresivo deterioro del Gobierno de Andreas Papandreu y la incapacidad de la derecha para ganar claramente los comicios de 1989, obligaron a Sartzetakis a nombrar tres primeros ministros en ocho meses. El último fue el casi nonagenario Xenofón Zolotas.

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