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08 de mayo de 2024

dominique lapierre

dominique lapierreGTRES

Dominique Lapierre (1931-2022)

El escritor con vocación humanitaria

El autor de La Ciudad de la Alegría y coautor de ¿Arde París? o El Quinto Jinete revertía a obras humanitarias las ganancias de sus éxitos de ventas

dominique lapierre icono
Nació en Chatelaillon el 30 de julio de 1931 y falleció en Sainte-Maxime el 4 de diciembre de 2022

Dominique Lapierre

Reportero desde 1954, empezó en los sesenta una original carrera literaria que le llevó a ser uno de los autores más vendidos del mundo.

Dominique Lapierre llegó a Calcuta a mediados de los ochenta y, nada más conocer a la Madre Teresa, le entregó un chequen de 50.000 dólares procedentes, según toda probabilidad, de los derechos de autor de Esta noche, la libertad, novela centrada en la independencia de la India. «Es una gota en el océano de las necesidades», le dijo Lapierre. «Sin ellas, el océano no sería el océano», le replicó la santa.
Así nació La ciudad de la alegría, el principal éxito de ventas de Lapierre –12 millones de ejemplares vendidos y una película realizada por Roland Joffé–, centrado en la vida de un suburbio de la ciudad india. Lapierre destinó un buen pedazo de sus ganancias a financiar proyectos humanitarios en la zona.
Una generosidad que siguió aplicando cada vez que publicaba una nueva obra y gracias al cual, según el escritor, fue posible, en 24 años, «curar a un millón de enfermos de tuberculosis, tratar a 9.000 niños con lepra, construir 540 pozos de agua potable y habilitar cuatro barcos hospital en el delta del Ganges». Semejante balance hizo de Lapierre un héroe en el Bengala indio, cuyo idioma dominaba perfectamente.
Mas la obra de Lapierre trasciende con creces el subcontinente indio y no se entiende sin el norteamericano Larry Collins –fallecido en 2005–, su inseparable compañero en muchas de sus aventuras. Vivían cada uno, con sus respectivas familias, en dos casas de la Costa Azul, únicamente separadas por una pista de tenis que, obviamente, compartían. El norteamericano y el francés se habían conocido en los cincuenta, mientras el primero cumplía el servicio militar en el cuartel general de la OTAN, ubicado en aquella época en Fontainebleau.
Ambos se complementaban admirablemente. Lapierre investigó los servicios secretos franceses y Collins la CIA. El primero escribía en francés y el segundo en inglés; después se traducían mutuamente. Una vez terminado el libro, Lapierre, extrovertido, que no dudaba en introducir el lirismo en sus páginas, se dedicaba a promocionarlo en el mundo hispano y en el francófono.
Collins, de perfil más discreto, se ceñía más a los hechos en bruto antes de difundir la obra en el mundo anglosajón. Frutos de esa peculiar colaboración fueron libros de historia divulgativa como ¿Arde París? –que también dio lugar a una memorable película–, Oh Jerusalén y a novelas como ¿Arde Nueva York? o El quinto jinete. Todos se vendían por millones a lo largo y ancho del planeta gracias a una hábil mezcla de inmensa cultura, prosa ágil y una buena captación de los deseos del público.
Unos elementos que Lapierre había aprendido en su etapa como reportero de Paris Match, donde ya rompió barreras y apuntaba maneras: en 1956, por ejemplo, recurrió al entonces presidente de la República, Vincent Auriol, para que le ayudara a gestionar un reportaje en la Unión Soviética. De ahí que Lapierre fuera la primera persona en cruzar el Telón de Acero al volante de un coche occidental. Era un Simca.
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