Fundado en 1910

20 de abril de 2024

Fèlix Millet

EFE

Fèlix Millet (1935-2023)

Saqueaba a espuertas

Admitió un latrocinio de 23 millones de euros a las arcas del Palacio de la Música de Barcelona, cuya fundación presidía

Fèlix Millet
Nació el 8 de diciembre de 1935 en Barcelona y falleció el 15 de marzo de 2023 en Cardedeu

Fèlix Millet Tusell

Su estratégico cargo directivo al frente de la fundación que administraba el Palau y el Orfeón Catalán le abrió las puertas de todos los centros de poder en Cataluña, FC Barcelona incluido, siendo galardonado en diversas ocasiones. Hasta su caída en desgracia.

La bajada a los infiernos de Félix Millet empezó el 23 de julio de 2009, con la irrupción de los Mozos de Escuadra en la sede del barcelonés Palacio de la Música, el Palau, donde «reinaba» de forma absoluta. Las pesquisas policiales, desencadenadas por orden de un juez de instrucción, buscaban, en un principio, desenmarañar el origen de un desvío de fondos de 2.2 millones de euros.
Lo que terminaron descubriendo fue uno de los entramados de corrupción más refinados y sólidos no solo de Cataluña, sino de toda España. Según avanzaba la investigación, iban apareciendo los elementos de un expolio cuya cuantía definitiva ascendió a 23 millones de euros, de los que la fundación defraudada solo ha recuperado, hasta la fecha, apenas la mitad.
En su exclusivo beneficio, Millet admitió durante la vista oral haber desviado de la caja de la fundación unos tres millones, destinados principalmente a realizar reformas y obras en inmuebles cuya propiedad ostentaba. El colmo de la indecencia fue alcanzado con la excusa que dio para justificar los 200.000 euros que costaron las fastuosas bodas de sus hijas a la institución cultural: «Eran para promocionarla».
Dentro del «sistema Millet» no podía faltar una ramificación política: convenció a Ferrovial-Agromán para detraer dinero de cara a la obtención de obra pública. Parte de las consiguientes comisiones iban a parar a los bolsillos de Millet y de su mano derecha, Jordi Montull, parte a las arcas de Convergencia y Unión.
Mas el empresario y gestor cultural supo hacer gala, a lo largo de toda su vida, de una notable elasticidad ideológica. Por ejemplo, el Palau terminó de pagar las deudas del Partido por la Independencia, formación de fugaz e irrelevante recorrido nacida de una escisión de Esquerra Republicana, al tiempo que, a título personal, Millet se integró en la dirección del Institut Catalunya Futur, sucursal catalana de la Fundación para el Análisis y Estudios Sociales, entonces en la órbita del Partido Popular.
El balance judicial final de la aventura de Millet fue una condena, fallada en 2018, por los delitos de malversación, apropiación indebida, tráfico de influencias, falsificación en documento mercantil y blanqueo de capitales de 9 años y ocho meses, de la que apenas cumplió la mitad, debido a una frágil salud. El pasado mes de noviembre le fue concedido el tercer grado y, en el momento de fallecer, tenía pendiente otras causas, siendo una de ella la ocultación de ingresos inmobiliarios.
Sórdido final para quien simbolizaba el estatuto de hereu de la burguesía catalana: hijo de un financiero llamado igual que él y expresidente del Orfeón, sobrino de su fundador, Millet empezó su trayectoria en la colonia española de Guinea Ecuatorial, antes de volver a la Ciudad Condal a principios de los sesenta. Unos años más tarde empezó su vinculación con el Palau y el Orfeón, a los que en 1990 aglutinó bajo una única fundación, presidida, faltaría más, por él mismo.
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