Julio Sorigué
Julio Sorigué (1933-2025)
El constructor y mecenas que triunfó desde Lérida
Fundó en 1968 un grupo que se extendió por toda España
Julio Sorigué Campuzano empezó en el sector de la construcción a la edad de 21 años en la localidad oscense de Binéfar. Cuenta la leyenda que su primera obra consistió en solar la calle en la que residía. En todo caso, el salto definitivo lo dio en 1968 al fundar el grupo que nombró con su apellido. Casi 60 años después, se puede decir que ha cumplido la misión que él mismo se asignó: en 2024, el Grupo Sorigué facturó 784 millones de euros y contaba con una plantilla de alrededor de 3.500 empleados. La extensión de las actividades de Sorigué por el resto de España no ha sido óbice para que se mantuviese el empeño inicial del fundador, a saber, que Lérida permaneciese como sede central de lo que ya es conglomerado.
Julio Sorigué Campuzano
Empresario
Empresario hecho a sí mismo, empezó en 1954 en el sector de la construcción. En 1968 fundó el Grupo Sorigué, que dirigió hasta 2011.
Hoy en día, Sorigué, sigue sin abandonar el negocio de la construcción, mantenimiento, infraestructuras, ciclo del agua y, cada vez más, en las energías renovables, si bien se salió de la gestión de residuos. En materia de mantenimiento, el grupo Sorigué se responsabiliza de 350 edificios municipales de Barcelona, ascendiendo el importe del contrato –de cuatro años de duración a partir de 2024– a unos 23,5 millones de euros.
También desde el 1 de abril de 2024, administra las aceras y demás espacios públicos de cuatro distritos de la ciudad –Eixample, Sants-Monjuïc, Sarrià-Sant Gervasi y Nou Barris– por 3,6 millones de euros anuales. Un éxito, y no solo por las actividades relacionadas con la contratación pública, debido en gran parte a la estabilidad accionarial y al propio estilo de Julio Sorigué, que solo adquiría otras empresas en contadas ocasiones. Cuando lo hacía, la jugada era maestra. Por ejemplo, al hacerse con el 100% del capital de Acsa entre 2005 y 2006.
Mas su figura va más allá del clásico juego empresarial: en 1985, junto con su mujer, Josefina Blasco, puso en marcha la Fundación Sorigué, que combina la acción caritativa –creación de un centro ocupacional en 1992, por ejemplo– con el mecenazgo artístico, atesorando una de las colecciones de arte contemporáneo más completas de España, en la que tienen protagonismo especial las obras de Antonio López. Julio Sorigué, que no tenía hijos, cedió las riendas del grupo en 2011 a Ana Vallés Blasco, sobrina carnal de su mujer. Fue Vallés, que es miembro del equipo directivo de la Fundación Princesa de Gerona, quien recibió en 2024 a la Reina Letizia en la sede de la Fundación Sorigué.