El ministro de Cultura demuestra que concibe la Administración como un huerto en el que colocar a todos los militantes de su partido necesitados de un sueldo. Un huerto en el que se les mantiene, aunque no sepan diferenciar un tomate de una lechuga. El afortunado ahora es Daniel Mestre Cañón, que fue subsecretario con Mónica Oltra cuando era vicepresidente de la Generalidad Valenciana. Ahora ha sido agraciado con la gerencia de la Biblioteca Nacional sin méritos conocidos para el cargo. Urtasun: ¡Colócanos a todos! Menos mal que Sumar tiene menos afiliados que pingüinos hay en el Sahara.