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tribunaUltano Kindelan

Los torturados por el franquismo: mitología histórica

Franco no tuvo que torturar, ni que construir barreras para que no huyeran los españoles, como sí hicieron las dictaduras comunistas, por la sencilla razón de que, a pesar de lo quieren contarnos los cantamañanas «progresistas», la mayoría de los españoles le apoyaba

Act. 10 nov. 2025 - 12:10

Hace algo más de un año llevé mi copia de La República Española y la Era de Franco, escrita hace décadas por el profesor Ramón Tamames, (al que no conocía personalmente), a un almuerzo convocado por un común amigo. Tamames es un investigador nato, de curiosidad inagotable, que ha dedicado su vida a profundizar por los campos de la Economía y de la Historia, gracias a lo cual contamos con varias docenas de libros excelentes en ambas materias. Su reciente Hernán Cortés es una gran biografía de ese proteico personaje, y su Dónde vas Cataluña, contiene unas reflexiones que deberían leer todos nuestros políticos, especialmente los catalanes. Su ideología política ha ido girando a la derecha, pero durante los últimos años del franquismo, fue miembro del comité ejecutivo del PCE, siendo detenido varios meses en la cárcel de Carabanchel.

Tamames firmó mi libro, y después de intercambiar unos comentarios sobre nuestras preferencias gastronómicas, y dada la amable bonhomía del personaje, me atreví a preguntarle,

–¿Profesor, la Policía franquista te detuvo varias veces; te llegó a torturar?

–No, me contestó un tanto sorprendido, me trataron muy bien. De hecho hice una buena amistad con el inspector que me detuvo.

Confieso que no esperaba esa respuesta, pues si había algún candidato para ser torturado por el régimen por su ideología, evidentemente ese era mi admirado profesor. Así pues cuando unas semanas después, tomando café con mi buen amigo, el brillante y destacado abogado Jose María Mohedano, no pude resistir hacerle la misma pregunta:

–Oye Jose María, en tus días de estudiante como activista del PCE, ¿Te las viste con los grises, no?

–¡Uy! Me contestó. Ya lo creo, bastantes veces.

–¿Y te torturaron?

–¿Torturar? ¡Que va!, hice buena amistad con uno de los policías que me detuvo, y de hecho tuve a su hijo trabajando en mi despacho unos años.

Estas declaraciones me llevaron a buscar en nuestros medios denuncias por torturas del régimen franquista, y lo único que pude encontrar fue lo siguiente:

EL PAÍS 15 de sept. de 2023

La primera vez (¿!) que un torturado por el franquismo declara ante la justicia

La Razón

El Tribunal Constitucional avala el archivo de denuncias por torturas en el franquismo al reiterar su doctrina de que los hechos han prescrito.

Bueno –me dije– a ver si consigo algo que incrimine a la Policía franquista. Esta reseña promete:

Público

«Las torturas policiales a las antifranquistas catalanas, la primera investigación de la Fiscalía de Memoria».

La propia Blanca Serra, reconocida filóloga y activista independentista, manifestó en relación a esa doble condición de «catalanistas y mujeres» que las colocó en la «diana perfecta». Lo dijo en noviembre de 2024 cuando se anunció públicamente su denuncia ante la Fiscalía.

• Blanca Serra, de 82 años, fue golpeada en los pies en la comisaría de Vía Laietana, en 1977, hasta que se le rompieron varios dedos y los policías simularon su ejecución por asfixia con una bolsa de plástico.

• La denuncia de Blanca relata que ella y su hermana fueron detenidas cuatro veces, entre 1977 y 1982; todas ellas, en su casa, lo que implica el grado de vigilancia al que las tenían sometidas los servicios policiales.

Vaya, pues ha tardado un poco doña Blanca en presentar la denuncia; y ha pasado tanto tiempo, que la pobre se olvida que la Policía que supuestamente la torturó ya no era franquista. Asqueado por esta patraña, dejo a mis lectores que busquen más denuncias.

No señores. La Policía franquista no solamente no torturó, si no que debió de dar un trato humano a los detenidos, como demuestran los testimonios que traigo a colación. Franco no tuvo que torturar, ni que construir barreras para que no huyeran los españoles, como sí hicieron las dictaduras comunistas, por la sencilla razón de que, a pesar de lo quieren contarnos los cantamañanas «progresistas», la mayoría de los españoles le apoyaba, asumiendo la falta de libertades políticas en aras de la paz y el progreso.

La era de Franco es parte de nuestra historia, y muchos la asumimos como positiva, pues trajo progreso y conciliación, algo que nuestros políticos democráticos no han aprendido a hacer. Hablar de «cruel dictadura» es engañar a nuestra juventud, y ello con el presupuesto del Estado, algo realmente vergonzoso.

Señora presidente de la Comunidad de Madrid tiene usted toda la razón al negarse a colocar los cartelitos de odio al franquismo que nos quieren endilgar los promotores de la partidista y chabacana Ley de Memoria Democrática.

  • Ultano Kindelán es ingeniero
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