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16 de junio de 2024

Carlo Acutis, en la plaza de las Bulas

Carlo Acutis, en la plaza de las BulasLa Voz

La carta que una madre dejó en la tumba de Carlo Acutis y que le ha valido para llegar a santo

Valeria, una joven costarricense que estudiaba en Florencia, volvía a su casa en bicicleta cuando tuvo un accidente. Su curación ha sido el segundo milagro atribuido al apóstol de internet

La maquinaria de las canonizaciones se ha puesto en marcha este jueves 23 de mayo en el Vaticano. El Papa Francisco ha aprobado los milagros que van a hacer santos a ocho españoles y cuatro beatos italianos. Uno de ellos es el (ciber)apóstol de internet, el joven italiano Carlo Acutis.

El 12 de octubre de 2006, con tan solo 15 años, falleció a causa de una leucemia. Eran un gran devoto de la Eucaristía y de hecho, diseñó una página web para recopilar todos los milagros eucarísticos reconocidos por la Iglesia. Su gran devoción por la Virgen María le animaba a rezar un rosario diario. En su tiempo libre, también hacía voluntariado con personas sin hogar, incluso algunas de ellas se presentaron en su funeral.

El joven Acutis nació y murió en Asís (Italia), ciudad en la que se celebrará también su canonización. Todavía no se conoce la fecha exacta, pero según ha informado la Santa Sede el prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, Marcello Semeraro, ha convocado un consistorio para agendar la celebración. El influencer de Dios fue declarado venerable en 2018 y beatificado en 2020, en una de las carreras hacia los altares más rápidas que se recuerdan en la Iglesia católica.

Un cuerpo incorrupto y dos milagros

Para hacerle santo, el postulador de su causa ha elevado hasta el Vaticano los que han sido reconocidos como milagros que se han realizado por su intercesión. El primero de ellos sucedió hace una década. Era 2013 y la vida de Matheus, un niño brasileño a punto de cumplir cuatro años, corría peligro. Los médicos le habían dicho a Luciana, su madre, que recurriera a toda su fe. La devota madre llegó a organizar varias novenas que rezó por la curación de su pequeño, pero el milagro no parecía llegar. «La Iglesia necesita santos actuales», le comentó a un amigo sacerdote, el padre Marcelo Tenorio.

Matheus había nacido con una malformación congénita en el páncreas que le hacía devolver todo lo que comía. A los tres años y medio pesaba tan solo nueve kilos. Alguien habló a Tenorio de Carlo Acutis, según ha contado el postulador de la causa del italiano, incluso llegó a contactar con la madre del futuro santo. Organizaron en la parroquia varias novenas dedicadas al influencer de Dios y consiguieron llevar una reliquia hasta allí.

Un deseo con el corazón

Siete años después de la muerte de Acutis, el pequeño Matheus asistió a una misa con su madre tras la que se podía besar el relicario. Su madre le había dicho que tenía que rezar con el corazón, pero cuando le llegó el turno, él pidió en alto dejar de vomitar. Luciana le preguntó cuando la Eucaristía había terminado lo que había pedido y Matheus se limitó a responder que se había curado gracias a Carlo.

Cuando llegaron a casa, era la hora de comer. Luciana preguntó a su hijo que quería ese día y el pequeño se limitó a mirar a su hermano y preguntarle cuál era el plato más rico que hubiese probado nunca. Ese día almorzaron arroz con frijoles, un filete y patatas fritas. Esperaban que devolviera lo que había tomado y repetido, pero no sucedió. Un mes después Matheus seguía comiendo con normalidad. Aunque seguía siendo delgado debido a los años de enfermedad, los médicos le explicaron que con el tiempo ganaría altura y peso.

La carta en la tumba de Acutis

Diez años después de este primer milagro, en 2022 una madre tenía a su hija Valeria en el hospital con un trauma cerebral. Al pasar dos meses desde que la mujer dejase una carta en la tumba del beato de Asís pidiendo su ayuda, la joven se curó por completo. Según cuenta el obispo de Asís en el diario italiano Avvenire, la curada milagrosamente, original de Costa Rica, estaba estudiando en Florencia, cuando tuvo que ser operada de un traumatismo craneoencefálico provocado por un accidente.

Valeria cayó de su bicicleta mientras se dirigía a su casa después de clase. Una ambulancia la trasladó de urgencia al Hospital Careggi con código rojo. Un mes después, su madre ya había visitado Asís y las hemorragias internas intracraneales habían desaparecido. Así lo mostraban los exámenes médicos y así lo ha reconocido también la Iglesia al reconocerlo como el segundo milagro que le ha llevado a los altares.

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