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el cura surfista

El padre Liam Ryan, conocido como «el cura surfista»

Rescató a bañistas de una corriente y a un joven de un tiburón blanco: así es el cura que surfea y salva vidas

En 2022, el padre Liam Ryan recibió el Premio Australiano al Valor por su actuación durante el ataque del tiburón

En las playas de Australia Occidental, no es raro ver a un hombre con sotana los domingos y con tabla de surf el resto de la semana. Se trata del padre Liam Ryan, sacerdote católico de 38 años, párroco de la catedral Nuestra Señora Reina de la Paz en Broome, y ya conocido entre los locales como «el cura surfista».

Pero en los últimos días, su apodo ha adquirido un nuevo significado. Mientras surfeaba en Cable Beach —una zona turística muy visitada— el sacerdote protagonizó su segundo rescate en el mar. Esta vez, ayudó a un padre y su hijo que habían sido arrastrados por una corriente de resaca, un fuerte movimiento del agua que se mueve desde la orilla de la playa hacia mar adentro.

«Rápidamente, pasaron de estar en un lugar donde se sentían cómodos, a ser arrastrados por completo», contó Ryan en entrevista con ABC News Australia y que recoge Aciprensa. Al ver que no respondían a sus llamadas, remó directamente hacia ellos. Uno de los bañistas logró subirse a su tabla, exhausto, mientras el sacerdote los guiaba de vuelta a la orilla.

El episodio no pasó a mayores, pero dejó claro algo que Ryan conoce bien: el océano, aunque parezca tranquilo, puede volverse peligroso en segundos. «Al estar en una ciudad turística, hay bastantes personas que no están familiarizadas con el mar abierto», explicó. «[El mar] Puede parecer muy tranquilo, pero si hay una marea grande... un minuto estás entre las banderas, y al siguiente estás solo», detalla.

Un rescate que recuerda a otro

Aunque para muchos esta historia ya sería destacable, para el padre Liam Ryan no es la primera vez. Hace casi cinco años vivió una experiencia mucho más extrema: ayudó a salvar la vida de un surfista atacado por un tiburón blanco.

El 31 de julio de 2020, Ryan se encontraba de vacaciones en Bunker Bay. Había salido a surfear con su mejor amigo–Jess Woolhouse– cuando notó que algo no iba bien. En el agua, un hombre parecía confuso. «Lo vi fuera de su tabla, totalmente desorientado. Media tabla estaba allí flotando allí», relató Ryan en una entrevista a The Catholic Leader.

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De izquierda a derecha: Alex Oliver, el padre Ryan, Jess Woodhouse y Phil Mummert, la víctima del ataque del tiburónThe Catholic Leader

Ese hombre era Phil Mummert, de 28 años, quien acababa de ser atacado por un tiburón blanco de cinco metros que le mordió la pierna y arrancó un gran trozo de su tabla. Al ver esto, el padre Ryan no dudó en gritar pidiendo ayuda y remar directo hacia el peligro. Mientras Mummert luchaba con sus propias manos para defenderse del tiburón, otro surfista, Alex Oliver, llegó primero al lugar, subió a Phil al frente de su tabla y comenzó a remar hacia la costa.

A pesar de que el tiburón seguía cerca, el sacerdote y su amigo Jess Woolhouse lograron alcanzarlos y ayudaron a Mummert a llegar a tierra firme. La víctima «sangraba profusamente» por heridas profundas en la pierna.

«Para mí está claro, Dios quería que estuviéramos allí, quería que Phil sobreviviera al ataque del tiburón y extrañamente planeó que un animal salvaje nos llevara a conocernos para el resto de nuestras vidas», explicó el cura surfista.

La fuerza de la gracia de Dios

El padre Liam no se considera un héroe. En 2022, recibió junto a sus amigos el Premio Australiano al Valor por su actuación durante el ataque del tiburón. Pero en la entrevista posterior con The Catholic Leader, fue claro al respecto: «Siento que no he hecho nada extraordinario. Le doy gracias a Dios por darme valor en ese momento», afirmó.

Su fe, explica, es parte fundamental de lo que lo lleva a actuar. «Hay algo profundo dentro de uno que te impulsa a ayudar. El cristianismo se basa en ese principio de que alguien da su vida por ti».

Ryan reconoce que enfrentarse a una situación así puede ser aterrador, pero encuentra en la fe una fuente de fortaleza. «Te enfrentas cara a cara con uno de los mayores miedos de muchas personas, de muchos surfistas... pero lo que te da fuerza en ese momento es la gracia de Dios».

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