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25 de abril de 2024

El bisfenol A es una sustancia química presente en recipientes alimentarios, como recubrimientos interiores para latas de bebidas y alimentos

La OCU ha realizado una encuesta a 921 consumidores de la población españolaPixabay

La OCU denuncia la letra pequeña de los alimentos y pide una reforma que mejore las etiquetas

Para que esta vía de comunicación sea efectiva, es necesario que los consumidores puedan leerla sin ninguna dificultad

La etiqueta de un alimento revela todo sobre él. Su función es dar la información a los consumidores sobre la identidad y composición del producto, nos proporciona datos para proteger nuestra salud y hacer un uso seguro del alimento. Pero, sorprendentemente, algunas personas no prestan atención al etiquetado.
La legibilidad de esta vía de comunicación debe ser clara. Es necesario que los consumidores puedan leerla sin ninguna dificultad, sin generar problemas de comprensión. Pero, ¿se cumple realmente en la práctica?
Por todo ello, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha solicitado a la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) que, con la ayuda de las autoridades europeas, reforme la actual normativa para que se aumente el tamaño de la letra del etiquetado.
La OCU ha realizado una encuesta a 921 consumidores de la población española y, a través de ella, hemos conocido las experiencias e intereses de los usuarios sobre las etiquetas de los alimentos.

El tamaño de la letra, la principal causa

El 44% de las personas, cuando compra un alimento por primera vez, suele prestar mucha atención al etiquetado. El resto de los consumidores, únicamente la observan por encima (47%) o nunca la leen (7%). Algunos mencionan que les lleva demasiado tiempo, no tienen el hábito de mirarla o les resulta difícil de entender.
El motivo principal de todo ello es el tamaño de la letra, que, según han mencionado, es «demasiado pequeño para la mitad de ellos; esta dificultad se acrecienta con la edad, ya que la cita el 70 % de los mayores de 60 años».

¿Cuál es la solución que proponen?

Existe un tamaño de letra mínimo establecido de 1,2 mm, pero en el caso de envases muy pequeños se reduce a 0,9 mm. Estos tamaños «son demasiado pequeños cuando van impresos en un material plástico, con brillos o con poco contraste entre la fuente y el fondo».
El lugar en el que se encuentra la información también afecta a la legibilidad. En la parte frontal suele aparecer la denominación comercial del producto junto a «algunos eslóganes publicitarios, para los que no se escatima el tamaño de la letra» y, en el reverso, el resto de la información obligatoria.

Según la ocu, debería diseñarse:

  • Con letra más legible: letra en tamaño más grande, no apelotonada para hacer sitio a varios idiomas, con contraste suficiente con el color del fondo y tipo de material.
  • Mostrando la información esencial en lugar destacado: la denominación del producto, la fecha de caducidad y la lista de ingredientes deberían estar bien visibles, sin que tuvieran que competir en espacio con mensajes publicitarios.
Aunque la información más consultada por los consumidores es la de la fecha de caducidad o consumo preferente, la encuesta revela que no siempre se entiende bien.
Por todo ello, OCU ha solicitado al Ministerio de Consumo la realización una campaña de concienciación que aclare el alcance de los plazos de conservación y consumo de los alimentos según el tipo aviso que lleve el etiquetado.
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