
Rostro del 'Salvator Mundi', obra atribuida a Leonardo da Vinci
El Museo del Prado no asume la autoría de Leonardo da Vinci en el 'Salvator Mundi'
La investigadora del Museo del Prado, Ana González Mozo, reabre una extensa polémica tras excluir el retrato de un catálogo de obras del genio italiano
La autoría del Salvator Mundi, supuesta obra de Leonardo da Vinci, razón por lo que fue vendida en 2017 por 450 millones de euros a un príncipe saudí, vuelve a estar de actualidad tras las nuevas dudas sobre su autoría que la investigadora del Museo del Prado, Ana González Mozo, ha suscitado después de excluir el retrato de un catálogo de obras de la pinacoteca madrileña pintadas por el maestro italiano.
Hace un año la historiadora del arte e investigadora del Centro Unesco de Florencia, Annalisa di Maria, afirmó que el retrato no fue realizado por el genio florentino basándose en un dibujo del propio Leonardo, descubierto por ella misma, que mostraba «el verdadero rostro» del Salvator Mundi, muy diferente al cuadro por el que se pagaron 450 millones de dólares.
«Hay especialistas que piensan que es un prototipo y otros que consideran que es la obra original», afirma González Mozo en el catálogo. La obra descubierta por Di Maria es un retrato hecho a sanguina (una tiza de color rojo anaranjado muy usada por Leonardo da Vinci) perteneciente a una colección privada de Lecco, cuyos dueños se pusieron en contacto con Di Maria para mostrársela en 2019.
La investigadora aseguró en una entrevista a National Geographic que «la posición de tres cuartos del dibujo es la pose favorita de Leonardo para representar a sus personajes», añadiendo que «la comparación con el autorretrato de Leonardo de Turín es evidente. Son muy similares en los detalles y en la técnica. Es como si el genio toscano se hubiera retratado en el papel de Cristo, pues este dibujo tiene todos los rasgos de su rostro. Se sabe que Leonardo tomó de sí mismo los rasgos de los personajes que iba a representar, reelaborando las medidas y luego el dibujo».
El cuadro más caro
El artículo de González Mozo hace referencia a unos documentos en los que una noble pide a Leonardo que le pinte un Cristo joven, «pero no hay constancia de que el artista atendiera esa petición», afirma.
El cuadro apareció en 2005, en una subasta inmobiliaria en Baton Rouge, Louisiana. El catálogo describía la obra como una copia de Leonardo da Vinci. Dos marchantes de arte se hicieron con el lote en el que se hallaba la pintura, que fue restaurada y reconstruida pues, según los nuevos propietarios, la obra había sido repintada y restaurada de forma defectuosa en el tiempo.
En 2007 algunos expertos como Martin Kemp apuntaron que podría tratarse de la obra perdida del maestro florentino. En 2011 fue incluida en el catálogo de una retrospectiva de Leonardo en la National Gallery. Luego el cuadro fue vendido dos veces por 82 y 127 millones de dólares, respectivamente. El coleccionista ruso que la obtuvo finalmente fue el que solicitó la venta a Christie's, culminada en la subasta récord: el cuadro más caro de la historia del arte.
Una obra en paradero desconocido por la que los expertos no se ponen de acuerdo y genera verdaderas opiniones pasionales a favor y en contra de la autoría de Da Vinci, una polémica habitual en las obras del artista florentino que ahonda en su indescifrable misterio y en su universal fama.