Max Verstappen se llevó la carrera al sprint del GP de Bélgica
Verstappen saca las garras y le gana la partida a los McLaren en un sprint sin emoción
El piloto neerlandés se llevó el máximo botín en el sprint de Spa en una carrera que no ofreció demasiadas oportunidades de adelantamiento; Sainz fue sexto y Alonso, decimocuarto
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Venía de una primera mitad de temporada bastante discreta. Hubo gente que pensó que no iba a ser capaz de reaccionar, pero nunca se puede dudar de Max Verstappen, un piloto con un hambre insaciable. El piloto neerlandés aceptó con gusto el aviso que le habían lanzado desde la escudería energética y se llevó el máximo el botín en el sprint de Spa, una carrera que no ofreció demasiadas oportunidades de adelantamiento y en la que ni Sainz ni Alonso fueron capaces de mejorar el resultado que sacaron en la clasificación (fueron sexto y decimocuarto, respectivamente).
Después de una jornada de viernes marcada por el dominio de los McLaren, el circuito de Spa-Francorchamps, uno de los trazados más icónicos del calendario de la F1, se despertó con ganas de vivir una apasionante carrera al sprint en la que podía pasar cualquier cosa.
Tras la respectiva vuelta de formación, el semáforo se puso en verde y Max Verstappen tardó relativamente poco en ganarle la posición de Oscar Piastri. El neerlandés tenía ganas de resurgir en la región de las Ardenas y salió con todo para tratar de llevarse el duelo particular con el piloto australiano de McLaren, el más rápido del viernes.
Con el paso de las vueltas, imperó el respeto entre pilotos y, quitando algún que otro adelantamiento en la recta de Kemmel, donde se activó el DRS, se mantuvo el orden de la parrilla. Todo hacía indicar que la clasificación se iba a alterar más bien poco.
Sin embargo, Lando Norris quería protagonismo en la cabeza de carrera. El británico aprovechó la poca diferencia de tiempo que había entre Verstappen y Piastri para asomar la cabeza y meterle algo de presión a su compañero de equipo, que estaba librando una interesante batalla con Mad Max.
Se llegó a la vuelta 10 de la carrera y Norris logró unirse al grupo de la cabeza. El piloto de Bristol empezó a cargar batería, a falta de cinco para el final dio un paso al frente y comenzaron las hostilidades entre los tres primeros. Todos querían llevarse los ocho puntos, el máximo botín posible, y a Verstappen no le iba a quedar otra que defenderse si quería evitar un nuevo triunfo de la escudería papaya.
La victoria dependía, única y exclusivamente, del piloto neerlandés, que era consciente de que no podía cometer fallos. La presión que estaban ejerciendo los dos McLaren era tremenda, pero Verstappen aguantó como un jabato y se acabó imponiendo en el circuito belga, un trazado que se le da especialmente bien.