Gracias a Sánchez producimos leyes y decretos a 21 millones la unidad
Una de las grandes preguntas que debemos hacernos es si es necesario gastar más de 30 millones de euros en asesores, para la exigua producción de leyes que tenemos
Creo que es evidente que la debilidad del gobierno ha llevado a despreciar a la Cortes Generales de nuestro país y hacer que, cada día, tengan más insignificancia desde el punto de vista legislativo.
El año 2024 ha sido, con diferencia, el peor de la historia legislativa. Y es que, si los señores diputados y senadores, junto con sus asesores, se hubiesen quedado en su casa, prácticamente habríamos vivido igual y al menos no nos hubiésemos gastado casi 20 millones de euros en dietas y locomoción que han cobrado nuestros padres de la patria.
Antes de continuar, quiero dejar bien claro que este artículo no va en contra de los cargos electos democráticamente en nuestro país. Aunque me duele mucho tener que pagar a Rufianes de baja cama que viven de nuestros impuestos y que su aportación a la mejora de nuestro país no sólo es nula, sino que además pretenden la destrucción de nuestro sistema.
Lo que sí va es porque esos mismos diputados y senadores, entre los que se encuentran buenos amigos, no hayan sido los que se hayan puesto al frente de una manifestación enfrente de las Cortes y del Senado exigiendo al gobierno que les deje cumplir con el cometido, para el que fueron elegidos por todos nosotros, que no es otro que legislar y generar leyes que produzcan valor para los ciudadanos y las empresas que, en definitiva, somos los que pagamos sus salarios con nuestros impuestos y cotizaciones sociales.
Cuando he revisado la actividad legislativa de 2024, me he quedado estupefacto.
Las Cortes Generales de España aprobaron un total de 24 leyes. De estas, 11 derivaron de directrices y decisiones de la Unión Europea, lo que representa aproximadamente el 46 % del total. Este número de leyes aprobadas es notablemente bajo en comparación con años anteriores, situándose como uno de los más bajos desde el inicio de la democracia en España.
No se me queden ustedes impactados, que para eso ya me he quedado yo. Hemos aprobado 24 leyes, de las cuales 11 eran de obligado cumplimiento, con lo cual realmente hemos aprobado sólo 13 leyes y sabemos que el mayor artilugio del gobierno es aprobar leyes mediante Decretos Leyes que se convalidan en las Cortes
Por lo tanto, si consideramos que como actividad propia de 2024, solo han sido aprobados 13 decretos, esto quiere decir que cada decreto nos ha costado 20,7 millones de euros, cuando en 2018 contaban menos de 365.000 euros, lo que supone que, gracias a Pedro Sánchez y a su gobierno de ministros «ladillas», hemos sido capaces de que el coste medio de producción de una ley se haya incrementado en un 5.569 %.
Para que lo vean les he preparado este cuadro usando la información que proporciona la IGAE sobre el gasto de las Cortes Generales a 30 de noviembre de 2024, comparado con el que teníamos en 2018:
En 2018, a cierre de noviembre, el conjunto de los funcionarios de las Cortes, el Congreso de los Diputados y el Senado, fue de 212,1 millones.
Desde que llegó Sánchez las Cortes han ido incrementando sus gastos y han llegado a cierre de noviembre a costarnos a los españoles 246,6 millones.
La partida de Funcionarios al servicio de las Cortes han subido sus costes en un 29,4 %, debido a la subida de los costes salariales de un 31,6 %.
El Senado ha incrementado sus gastos en un 18,5 %, donde los Senadores han tenido una subida del 16,8 %, por debajo de la inflación, y lo que ha hecho subir el coste ha sido, de nuevo, el personal eventual, asesores, que se ha incrementado en un 53,3 %.
Una de las grandes preguntas que debemos hacernos es si es necesario gastar más de 30 millones de euros en asesores, para la exigua producción de leyes que tenemos.
Si pensamos que en 2018 se aprobaron casi 600 leyes/decretos, esto quiere decir que el coste de producción fue de 365.072 euros, mientras que en el 2024 se ha disparado a 20.694.596 euros y por eso la actividad legislativa ha quedado reducida a una completa miseria.
Si esto lo contásemos en el mundo nadie nos creería, pero es la pura y dura realidad gracias a Sánchez, producimos leyes y decretos a 21 millones la unidad.