El Ibex 35 supera la cota de los 16.600 puntos
Sigue la fiesta en el Ibex 35 tras superar los 16.600 puntos, pero eso no significa que vayamos «como un cohete»
El Ibex 35 no para de marcar récord sobre récord. Este miércoles, el principal selectivo español ha cerrado por encima de los 16.600 puntos –concretamente en los 16.615,8, un 1,39 % más–, registrando así un nuevo máximo histórico. Para entender estos bailes del índice madrileño tenemos que fijarnos en un sector clave: la banca.
«Cuando los tipos de interés suben, la rentabilidad de la banca mejora drásticamente. Los márgenes aumentan y las comisiones que cobran también», explica en El Debate Carlos Arenas Laorga, doctor en economía y analista de fondos de Estrategiasdeinversión.com. Es cierto que, tras el incremento del precio del dinero, este se abarató muy rápidamente, pero para este experto esto supone un mayor beneficio todavía.
«Los bancos llevaban unos meses con unos márgenes muy grandes. Ahora, los márgenes son menores, pero la gente no para de pedir préstamos con unos tipos de interés más bajos», cuenta Arenas. Esto hace que estén ganando más dinero ya que tienen una mayor demanda. Además, sus deudas valen menos. Todo esto ha hecho que la banca se haya situado por encima de la tecnología y la inteligencia artificial.
«El mercado es cíclico, y en un entorno de inflación y tipos elevados, el Ibex volvió a ser muy rentable. Y la capacidad de sus compañías ha permitido que siga siéndolo este año», celebra el analista de fondos. Eso sí, «ningún índice es eterno, ni inmune a las caídas. Los ciclos existen. Ni el Nasdaq va a ser siempre el mejor índice, ni el Ibex el peor».
¿Vamos como un cohete?
Aunque parezca extraño de entender, la rentabilidad de los mercados bursátiles puede subir mientras la renta per cápita está estancada. El doctor en economía pone el ejemplo de Alemania, una economía que «vive desde hace años un estancamiento, con un crecimiento real raquítico, pero sus empresas cotizadas baten récords».
Se piensa que los beneficios empresariales reflejan cómo va el conjunto de la economía, pero «no tiene porque», aclara Arenas. «Especialmente si hablamos de empresas globales, con ventas internacionales y beneficios generados fuera del país de origen», añade.