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Análisis económicoJosé Ramón Riera

Han desaparecido 13.500 millones del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia

En cualquier otro país, posiblemente esta cifra tendría explicación; en España no queda otro remedio que pensar mal

Hasta la fecha, España ha recibido 70.000 millones de euros de fondos europeos, asignados al Mecanismo de Recuperación y Resiliencia, en diferentes tramos y fechas. En agosto de 2021 recibimos una prefinanciación inicial de 9.000 millones, que se complementó en diciembre de ese año con el primer pago de 10.000 millones. En julio de 2022 se recibieron otros 12.000 millones como segundo pago; el tercer pago fue en marzo de 2023, cuando la Unión Europea nos transfirió 6.000 millones más; y el cuarto pago fue de otros 10.000 millones, recibidos en abril de 2024. Estos 47.000 millones fueron todos en forma de subvenciones a fondo perdido y, por lo tanto, España nunca tendrá que devolverlos.

En agosto de este año recibimos el quinto pago, que fue de 23.000 millones, de los cuales 7.000 millones eran a fondo perdido y los 16.000 millones restantes eran préstamos a largo plazo, que España tendrá que devolver al mismo tipo de interés que la Comisión Europea esté pagando por esta deuda. Por lo tanto, hemos recibido 54.000 millones a fondo perdido y 16.000 millones en préstamos.

En enero de 2025, la Intervención General del Estado, en sus informes mensuales del Estado de Ejecución del Presupuesto, en su pestaña MRR00, indica que existen unos créditos definitivos en el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia de 25.055 millones de euros, con unas obligaciones reconocidas de 1,3 millones y que se habían pagado, a cierre de enero, 614.000 euros. Para que puedan seguir la explicación con datos, he preparado el siguiente cuadro:

En el mes de febrero entran al MRR 1.187 millones, en el mes de marzo otros 5.995 millones, y la cifra que aparece como crédito definitivo a cierre del primer trimestre es de 32.197 millones disponibles (debemos recordar que hasta ese momento se habían recibido 47.000 millones).

De pronto, en el Consejo de Ministros se dan cuenta de que, al no haber adjudicado muchos miles de millones por incapacidad o desidia de los ministerios, tienen que retirarles a muchos de ellos el dinero que no han utilizado. Así, se retiran 14.685 millones y se deja un disponible de 17.512 millones. El dinero retirado no se ha perdido, sino que queda pendiente de reasignar.

En los meses de mayo, junio y julio se reasignan pequeñas cantidades, 1.262 millones, y en agosto se retiran 341 millones. En septiembre, el Gobierno viene con las pilas cargadas y se reasignan 11.761 millones, y en octubre 4.344 millones. En todo este período de tiempo, con arduo esfuerzo, se reconocen 8.909 millones, que han sido ya asignados a proyectos, y de los cuales se han pagado 4.300 millones.

Pero lo que estas cifras nos dicen es que, de la cifra inicial del año –25.055 millones disponibles como créditos definitivos– a los 34.541 millones de cierre de octubre hay una diferencia de 9.485 millones. Y España recibió en agosto 23.000 millones, así que, por lo tanto, han desaparecido 13.515 millones que nadie explica dónde están ni dónde se encuentran, y que nadie explica por qué no aparecen en el capítulo de créditos definitivos.

En cualquier otro país, posiblemente esta cifra tendría explicación; en España no queda otro remedio que pensar mal

En cualquier otro país en el que no se producen los «tocamientos» del PIB, en el que en las cifras de paro no se ocultan los fijos discontinuos, en el que no se confunde a la población con afiliaciones y no afiliados, posiblemente esta cifra tendría explicación. En España, donde hasta la exministra de Economía, Nadia Calviño, asegura en su libro que forzó al INE a «tocar» el PIB al alza o el IPC a la baja, donde el presidente del Gobierno miente a la población todos los días, no queda otro remedio que pensar mal.

Esto no es un error de cálculo en una hoja de Excel. Han desaparecido de la Contabilidad Nacional 13.500 millones. Solo se ha ejecutado en diez meses el 25,8 % de los fondos que dicen estar disponibles y solo se ha pagado el 12,5 % de dichos fondos.

Aquí están pasando cosas muy raras y, desde luego, a mí no me cuadra en absoluto que la cifra de créditos disponibles sea de 34.500 millones cuando deberían ser 48.000 millones. Y encima, para liarla aún más, renunciamos a los casi 70.000 millones que España tiene derecho a recibir en préstamos, porque no somos capaces de hacer nada con ellos. Es falso que sean más caros que pedir prestado a los mercados; la verdad es que no sabemos qué hacer con ellos.

Lo que está pasando es inaceptable y hay que hacer algo. Primero, para que este dinero aparezca reflejado en las cuentas de la IGAE y, después, para que sirva para algo.

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