El absentismo laboral ya supone una pérdida de hasta el 3,5 % del PIB español

El absentismo laboral en España ha aumentado sostenidamente desde antes de 2019 y se mantiene en cifras históricamente altas para el periodo postpandemia. El absentismo por incapacidad temporal (IT) –la principal causa de ausencias justificadas por salud– se estimó en aproximadamente entre el 5,5 % y el 5,8 % de las horas pactadas a finales de 2024. Las ausencias se concentran los lunes y viernes.

No es fácil realizar una comparación con lo que ocurre en nuestros socios europeos. Los datos comparativos armonizados a nivel de Unión Europea (UE) para tasa de absentismo laboral total no están publicados de forma sintetizada y homogénea trimestre a trimestre con cifras nacionales actualizadas al 2025. Sin embargo sí se conoce que en la última comparación homogénea disponible ofrecida por Eurostat para 2022, la tasa de absentismo por incapacidad temporal en España fue del 4,1 %, significativamente superior a la media de la UE-27 que se situó en torno al 2,5 %. Nuestra tasa de absentismo estaba a un nivel similar al de Francia y Portugal. En el polo opuesto aparecían Alemania e Italia.

Más preocupante resulta la situación cuando añadimos a las ausencias aquellas que no se justifican con la habitual baja médica. Cerca de 326.000 de las ausencias diarias no estaban justificadas por baja médica en 2024. Pero volviendo al absentismo respaldado por una baja médica, a las frecuentes patologías musculoesqueléticas cada vez se le añaden más las motivadas por trastornos de salud mental.

Desde 2010 hasta 2023 el consumo de antidepresivos ha aumentado en España en más de un 50 %. La media de la UE en 2022 fue de aproximadamente 70,3 dosis diarias definidas (DDD) por cada 1.000 habitantes. Para el mismo año esta cifra subía a 98,4 para el caso español.

Al consumo de antidepresivos hay que añadir el de ansiolíticos. Nuestra Nación tiene uno de los niveles más altos de consumo de ansiolíticos en Europa, especialmente benzodiacepinas. A diferencia de lo que ocurre con el consumo de antidepresivos, no existe una cifra única oficial para la UE comparable tan homogénea como para los antidepresivos, aunque Portugal suele encabezar el consumo de ansiolíticos entre los países europeos. La cifra estaría próxima al 8,5 % de la población sólo medio punto porcentual por encima de la correspondiente a España.

El absentismo por enfermedad tiene parámetros diferentes al que no viene acompañado de una causa justificada. En la práctica y en la casi totalidad de las profesiones, la ausencia del puesto de trabajo se la echan a la espalda el resto de compañeros. No es un hoy por ti y mañana por mí, es una cuestión más arraigada e impopular. Le podemos llamar honestidad, responsabilidad, compromiso o como queramos pero así es como se siguen atendiendo pacientes, levantando paredes, recogiendo cosechas o reponiendo en los supermercados.

Por supuesto que la práctica de esta «vergüenza torera» por quienes no suelen faltar también tiene costes. Pensemos en los proyectos pospuestos hasta que el personal no asome la cabeza, en las ventas no atendidas, en los clientes que son atendidos con demora. Todo esto se resume en una mayor presión operativa sobre quien está en su sitio que, de paso, asume un mayor riesgo de error por sobrecarga. Un riesgo que se añade al que los estudiosos llaman «riesgo moral» en el que incurre el tramposo.

El absentismo avalado por una baja médica se traduce en una pérdida estimada en España de entre el 3 % y el 3,5 % del PIB nacional, esto es, unos 55.800 millones de euros por año. Una estimación que se queda corta al no incluir el absentismo injustificado.

España no es una Nación de maleantes. Sí es una sociedad donde los problemas de salud mental se extienden muy preocupantemente. Es también un país en el que parece que volvemos a tocar techo en ejemplos públicos de sinvergonzonería, algo en lo que encuentran una inmediata legitimación moral los que acostumbran a vaguear lunes y viernes sobre las espaldas de los demás.