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02 de mayo de 2024

Gabriel Rufián y Miriam Nogueras, portavoces de ERC y Junts, conversan en el Congreso durante la pasada legislatura

Gabriel Rufián y Miriam Nogueras, portavoces de ERC y Junts, conversan en el Congreso durante la pasada legislaturaEFE

ERC y Junts se juegan medio millón de euros en la negociación con el PSOE por la Mesa del Congreso

Más allá de cuestiones políticas y judiciales como la posible amnistía, la negociación que servirá de ensayo para la investidura pone en juego otras variables

Tener el control de la Mesa del Congreso no es una cuestión meramente institucional. Los miembros de este órgano tienen mucho que decir a lo largo de la legislatura y con sus decisiones pueden marcar el ritmo de la actualidad política. Por ese motivo, el PSOE centra todos sus esfuerzos en conseguir los apoyos necesarios para presidir la Cámara y conseguir una mayoría favorable a la hora de repartir los puestos.
La puerta de los independentistas catalanes es la primera a la que han llamado y, como reconocían hace días en ERC, estos saben que tienen una «oportunidad de oro» para conseguir que Pedro Sánchez se amolde a muchas de sus pretensiones. Aunque las cuestiones políticas y judiciales copan los titulares, con la posible e inconstitucional amnistía como principal objetivo de Junts y ERC, hay asuntos mucho más mundanos encima de la mesa.
Ninguno de los dos grandes partidos separatistas alcanzó los 15 diputados en las elecciones del 23-J y tampoco sumaron el 15 % del voto en todas las circunscripciones en las que participaron (algo que sí cumplen PNV y Bildu). Al menos uno de estos requisitos es necesario para tener grupo propio en el Congreso y ni Junts ni ERC los cumplen, pues ambos se quedaron con siete escaños.
Unos y otros tendrán que aprovecharse de los grises del Reglamento de la Cámara para conseguir conformar sus grupos. Pueden optar por la cesión temporal de diputados o proponiendo que se compute la media de votos en las circunscripciones y no se exija el 15 % en cada una de ellas. El visto bueno a estas dos opciones lo tiene que dar la Mesa y esa mayoría izquierdista evitaría posibles trabas de PP y Vox.

La importancia de tener grupo propio

Esa «oportunidad de oro» a la que apelaba ERC gana en literalidad a la hora de hablar de esos grupos propios: hay mucho dinero en juego. Los grupos parlamentarios no solo tienen mayor presencia política en los debates, el Congreso pone a su disposición medios materiales y una subvención fija a la que se añade otra variable en función de los diputados lo formen.
Según ese régimen económico, actualizado en junio, la subvención por grupo es de 30.346,72 euros mensuales y hay que sumar 1.746,16 euros por cada uno de los diputados. En el caso de Junts y ERC, con siete escaños cada uno, el total mesual sería de 42.569,84 euros.
Así, los partidos independentistas tienen más de medio millón de euros en razones para pactar con el PSOE la conformación de la Mesa del Congreso. En total, tener grupo propio les supondría obtener 510.838,08 euros de dinero público al año, más de dos millones si se cumpliesen los cuatro de legislatura.
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