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María Jesús Montero respondiendo al PP y, a su lado, Yolanda Díaz

María Jesús Montero respondiendo al PP y, a su lado, Yolanda DíazEFE

Sigue la escenificación

Yolanda Díaz tensa la cuerda y se dedica a poner caras mientras Montero se enfrenta sola a PP y Vox

La vicepresidenta primera utiliza el comodín del machismo durante la sesión de control al Gobierno para amigarse de nuevo con su compañera, pero la socia de Sánchez está a gusto en su papel

La sesión de control al Gobierno en el Congreso de este miércoles fue de comodines. Pedro Sánchez utilizó el comodín del chalet de la mujer de Alberto Núñez Feijóo en la localidad de Moaña y María Jesús Montero se decantó por el del machismo. El que la vicepresidenta primera vio en la forma del popular Elías Bendodo de dirigirse a ella y a Yolanda Díaz. «Ha manifestado un machismo, un paternalismo, un desprecio. ¿Hubiera utilizado el mismo tono, las mismas palabras y las mismas maneras si hubieran sido dos hombres los que están sentados en estos escaños?», le preguntó.

La cita parlamentaria estuvo centrada en el tira y afloja entre Montero y Díaz por la tributación del SMI en el IRPF por primera vez. Montero intentó hacer causa común con la vicepresidenta segunda usando el feminismo, pero Díaz no estaba por la labor. La socia de Sánchez, sentada a su lado, no dejó de arquear las cejas y poner muecas ostensiblemente con cada argumento que Montero daba a los populares para tratar de achicar agua de su barco. «Estos salarios tributaban en los ejercicios anteriores». «El 80 % no tributarán, y en aquellos casos donde tributan tributarán mil euros menos de lo que tributaban en los gobiernos del PP». «Ustedes subieron los impuestos en 74.000 millones de euros. El Gobierno de España ha bajado los impuestos en 30.000».

A cada frase de Montero le acompañaba un gesto de Díaz, sentada a su lado, sin aplaudir. Ya lo dijo el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, en los pasillos antes del inicio de la sesión cuando le preguntaron si se solucionarán las discrepancias. «Depende del interés que tenga Sumar en conseguir titulares», aludiendo a la rentabilidad que Díaz está sacando a esta polémica (con quien Rufián se lleva peor que mal, por cierto).

Seis preguntas a Montero

El PP y después Vox fueron un martillo percutor contra la ministra de Hacienda, presa de los tumbos dados por el Gobierno en los últimos meses en materia fiscal. Empezó Cuca Gamarra. «Lo único que le importa es mantener el poder adquisitivo de su Gobierno. Por mucho que haya crecido la recaudación no tienen dinero suficiente para pagar todos los cheques que usted ha firmado, en particular los firmados con los independentistas», señaló la secretaria general del PP.

María Jesús Montero, durante la sesión

María Jesús Montero, durante la sesiónEFE

Siguió Bendodo. «¿Sabe usted cuál es el peor enemigo de Pedro Sánchez? El mismo que el suyo, la hemeroteca. Y luego Juan Bravo: «El escudo social es para ustedes, para Sánchez, familiares y amigos frente a su corrupción. Al del salario mínimo, 50 % de impuestos».

Montero se mostró vehemente como siempre, pero más irascible que de costumbre, acusando al PP de mentir. «Señora vicepresidenta relájese, tome un poco de aire. Estamos acostumbrados a su crispación y a sus aspavientos, y hoy viene un poco más alterada de lo normal», le dijo la popular Ester Muñoz. Pero como se lo dijo una mujer, la aludida no se ofendió.

Por si no tenía bastante Montero este miércoles con el SMI, Muñoz le sacó el tema de las reuniones de Aldama con su jefe de Gabinete para que le aplazara una deuda. «¿Me puede explicar exactamente cuáles son los procedimientos para el aplazamiento de deudas en Hacienda?», le preguntó. La número dos del Ejecutivo, en respuesta, le recriminó que sea «la portavoz de un delincuente confeso», y que le dé más credibilidad a Aldama que «a los miles de profesionales de la agencia tributaria».

Montero solo cambió el tono cuando el que le preguntaba era el diputado de Junts Josep Maria Cruset. Con él, la responsable de Hacienda intentó la pedagogía. «No se puede que algunos pretendan que las sucesivas subidas del SMI, que este Gobierno pretende seguir subiendo se haga a costa de recortar, que no subir, la recaudación para el Estado del Bienestar». La líder de Podemos, Ione Belarra, le hizo una recomendación a Montero que sonó a advertencia, viniendo de quien tiene en su mano cuatro votos vitales para que Sánchez pueda tener unos Presupuestos de 2025: «Este Gobierno tiene que hacer una reflexión profunda y propósito de enmienda».

El ala socialista del Gobierno ha decidido no negociar nada con Sumar y dejar la Ley del IRPF como está. Aun a riesgo de que, dentro de unas semanas, el PP y Sumar se alíen para forzar esa reforma legal en el Congreso. Los socialistas creen que no sería un trago fácil para Díaz, aunque diga que está dispuesta a cruzar ese puente.

No obstante, a pesar de que el tira y afloja sigue, la coalición no corre ningún riesgo de ruptura y las partes saben que acabarán pasando capítulo. De ello dejó constancia la vicepresidenta segunda cuando el portavoz del PP en el Congreso, Miguel Tellado, le preguntó si «tiene sentido» para ello seguir en este Gobierno. «Esto a Pablo Iglesias no se lo harían, créame», señaló Tellado. «Sí merece la pena mejorar la vida de la gente siempre», respondió. En eso momento Montero aplaudió a su compañera, aunque al revés no hubiera sido el caso.

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