Desde el tercer mes de embarazo, Antonio y Sonsoles sabían que Luz tendría alteraciones cromosómicas. La primera reacción del médico fue proponer a los padres el aborto, ya que los niños con el síndrome de Luz tienen muchas posibilidades de morir al poco de nacer, o incluso antes. Pero todo cambió al llegar a la Clínica Universidad de Navarra.
En este hospital Antonio y Sonsoles encontraron el acompañamiento que necesitaban, no solo durante el embarazo, sino también después del parto. «Lo desconocido da miedo, pero la realidad es que gracias a que algunos creyeron, Luz está aquí hoy», asegura esta madre orgullosa.