La carrera de maratón más larga de la historia

Shizo Kanakuri (1891 – 1983), nativo de la prefectura de Kumamoto (Japón) fue un corredor olímpico de maratón y es el poseedor de un curioso récord. Les explico como lo consiguió.

En 1911 consiguió unas marcas excelentes en las pruebas clasificadoras para participar en los Juegos Olímpicos de Estocolmo de 1912. Dos fueron los atletas que Japón pudo permitirse enviar y estos tuvieron que pagarse el viaje de ida y vuelta. El viaje fue infernal para el pobre Shizo. Primero en barco, después toda la ruta del ferrocarril transiberiano, otro barco con destino a Suecia y de Estocolmo a la población de Sollentuna, donde se celebraría la maratón. A la paliza de veinte días de viaje había que sumar su inadaptación a la comida local (el arroz era un lujo muy escaso en Suecia de entonces), el problema de las Noches Blancas que le impidió descansar adecuadamente y la desasistencia y falta de preparación debido a que el entrenador japonés fue ingresado en un hospital, nada más llegar a Estocolmo, por tuberculosis.

El día de la prueba la temperatura fue inusualmente alta –se llegó a alcanzar los 30º– lo que provocó golpes de calor e hipertermias que hicieron abandonar a más de la mitad de los participantes y provocaría la muerte de un corredor portugués. Tras la ceremonia de entrega de trofeos se estableció la tabla de resultados de los corredores y los jueces se percataron de que uno de los corredores había desaparecido: Shizo Kanakuri. Durante décadas fue un misterio qué había sucedido con el atleta y se transformó en un motivo de bromas recurrentes.

En 1967 la televisión sueca consiguió localizarlo en Japón y se reveló el misterio. Durante la carrera, las circunstancias que había pasado Shizo junto con las altas temperaturas, hicieron que el pobre cayera derrengado en una cuneta, cerca de una granja. La familia de granjeros se había acercado al camino para presenciar el espectáculo y, al ver al pobre japonés sin conocimiento, lo transportaron al interior de la casa y cuidaron de él durante días. Shizo Kanakuri, una vez recuperado, agradeció efusivamente a la familia sus cuidados y regresó lo más discretamente posible a Japón. En su mentalidad, había fracasado y se había deshonrado. Participó en más competiciones pero jamás habló de lo sucedido.

Lo cierto es que el atleta japonés no había sido dado, oficialmente, como retirado de la carrera ni había cruzado la meta: a efectos oficiales se encontraba en un limbo. La cadena de televisión contactó con el Comité Olímpico y arregló que Shizo viajara a Suecia para completar la carrera de maratón que el calor interrumpió hacía tanto tiempo. El computo final del tiempo establecido por Shizo Kanakuri en la carrera de maratón de los Juegos Olímpicos de Estocolmo de 1912, oficialmente es: 54 años, 8 meses, 6 días, 5 horas, 32 minutos y 20 segundos. ¡A ver quién lo iguala!