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26 de abril de 2024

'Duelo a garrotazos'. Francisco de Goya.

'Duelo a garrotazos'. Francisco de Goya.

Picotazos de historia

Cuando hay 'malas pulgas' entre los generales todo acaba mal

Este tipo de enemistades se han dado a lo largo de la historia y, básicamente es un choque de egos que nunca acaba bien

Durante la Primera Guerra Mundial el general Nikolai Iúdovich Ivanov (1851 – 1919) ,que derrotó a los austrohúngaros en la batalla de Lemberg, en los Cárpatos y en Przemysl, se llevaba a patadas con el Jefe del Estado Mayor Imperial, Mijail Alekseyev. Llegó a un punto en que se negaron mutuamente la palabra, lo que fue todo un problema ya que hubo que duplicar toda comunicación (documentos, telegramas, etc) ya que ellos eran incapaces de dirigirse la palabra. Por supuesto adoptaban posturas antagónicas y si uno defendía un plan estratégico el otro se oponía furibundamente.
Este tipo de enemistades se han dado a lo largo de la historia y, básicamente es un choque de egos que nunca acaba bien. Durante las guerras napoleónicas la enemistad entre los mariscales Davout y Bernadotte pudo costar una tremenda derrota. En la batalla de Auerstedt (1806, batalla gemela a la de Jena), Davout, con 26.000 soldados, derrotó a una fuerza prusiana que le doblaba en número ya que los refuerzos con los que contaba –al mando de Bernadotte– no llegaron jamás.
Al principio de la campaña austriaca de 1809, durante la batalla de Aspern-Essling, el mariscal Lannes consideró que no estaba recibiendo el adecuado apoyo de la caballería bajo el mando del mariscal Bessieres, con quien ya había chocado el año anterior en España. Lannes no se mordía la lengua y le soltó un «váyase usted a casa en vez de fastidiar aquí». Bessieres, indignado, saltó como un muelle y exigió una satisfacción por la ofensa. «Ahora mismo se la doy, si le parece bien» respondió Lannes mientras desenfundaba su espada. Tuvo que intervenir el mariscal Massena quien les hizo ver lo indigno de dos mariscales de Francia pretendiendo pelear un duelo, delante de sus tropas y durante una batalla.
Charles Lanrezac y John French

Charles Lanrezac y John French

En agosto de 1914 Charles Louis Marie Lanrezac fue nombrado comandante del Quinto Ejercito francés y enviado a la frontera belga. Tras los violentos combates en Mons y Charleroi, Lanrezac se reunió con sir John French, que mandaba la Fuerza Expedicionaria Británica (BEF, son las siglas en inglés). Desde el primer encuentro la antipatía fue mutua. El francés pensaba que el inglés era un idiota y French opinaba que Lanrezac «no era un caballero».
Debido a la urgencia de coordinación para frenar el avance de los I y II Ejércitos alemanes –estamos a pocos días de la batalla del Marne– , decidieron reunirse y discutir la acción a seguir. Por motivos de seguridad se prescindió de los servicios de los interpretes, lo que fue muy desafortunado ya que ninguno de los dos militares hablaba la lengua –¡ni ganas!– del otro. En un momento de la reunión, sir John French señaló en el mapa el río Marne y preguntó a Lanrezac si creía que los alemanes cruzarían el río en el puente de la ciudad de Huy. El francés se volvió hacía uno de los oficiales presentes quien tradujo la pregunta lo mejor que pudo. «Dígale al Mariscal que creo que los alemanes solo han ido al río Marne a pescar», respondió, remarcando el desprecio que le producía la pregunta.
Mientras esto ocurría, la infantería alemana había capturado intacto el puente de Huy, el único transitable que quedaba en ese sector. Tan violenta llegó a ser la relación entre French y Lanrezac que el comandante en jefe del Ejercito de la República Francesa, «Papá» Joffre, no tuvo más remedio que sustituir a Lanrezac.
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