Un estudio revela cómo se fabricaban los espejos en el Antiguo Egipto
Aunque estos objetos tienen una larga historia y son de gran importancia cultural y religiosa, nunca se había llevado a cabo un estudio tan exhaustivo sobre el proceso de fabricación de estos espejos en el Antiguo Egipto
Un nuevo estudio ha revelado cuáles pudieron haber sido las técnicas metalúrgicas que utilizaron los antiguos artesanos egipcios en la fabricación de espejos. La investigación, llevada acabo por la arqueóloga de la Universidad de Liverpool Elizabeth Thomas y publicada en la revista Journal of Archaeological Science: Reports, se ha centrado en el análisis metalúrgico de 19 espejos egipcios expuestos en diversos museos del Reino Unido y de diferentes periodos: desde el Reino Antiguo (2686-2125 a.C.) hasta la Baja Época (664-332 a.C.).
Aunque estos objetos tienen una larga historia y son de gran importancia cultural y religiosa, nunca se había llevado a cabo un estudio tan exhaustivo sobre el proceso de fabricación de estos espejos en el Antiguo Egipto. Y para ello, los expertos han hecho uso de técnicas avanzadas de microscopía electrónica (SEM-EDX), un método que permite obtener imágenes en alta resolución para luego examinar, en base a las fotografías, la composición química y la microestructura de estos antiguos espejos y descubrir los secretos de su confección que han permanecido ocultos durante miles de años.
Los resultados han desvelado que los artesanos egipcios empleaban principalmente tres tipos de aleaciones en la fabricación de espejos: por un lado, cobre arsenical, una aleación binaria de cobre con un porcentaje de arsénico; por otro, una aleación de cobre y estaño, y por último, una aleación ternaria de cobre arsenical con estaño.
La arqueóloga advierte en el estudio «la sorprendente constancia de estas aleaciones, con un promedio de alrededor del 5 % de arsénico o estaño en la mayoría de las piezas», lo cual sugiere «un alto grado de control en el proceso de fabricación». Según la investigación, esta estabilidad en la composición no solo demuestra la habilidad técnica de los antiguos artesanos, sino que plantea varias preguntas como los motivos por los que escogieron aleaciones con cobre.
A esta pregunta la arqueóloga opina que podría deberse a las propiedades físicas (maleabilidad y dureza) de este tipo de aleación en particular, así como por el tono dorado o plateado que se obtenía al final.
Un bello tono plateado
Esta última característica lo ha podido identificar en varios de los espejos utilizados para el estudio. La investigación de la arqueóloga ha confirmado el empleo de una técnica conocida como «enriquecimiento superficial», utilizada para crear una capa superficial rica en arsénico que habría revestido a los espejos de un bello tono plateado, lo que les daría un aspecto parecido al que presentaban los espejos de plata.
Asimismo Thomas ha explicado que esta técnica se llevaba a cabo mediante un proceso conocido como «segregación inversa», un sofisticado método que requería de un profundo conocimiento de las propiedades metalúrgicas del cobre arsenical.
Por otro lado, el examen microscópico de los espejos también ha mostrado evidencias de un proceso de elaboración que implicaba ciclos repetidos de martillado en frío y recalentado, lo que aumentaban la dureza del metal permitiendo un mejor pulido y un reflejo final mucho más nítido.
Cabe destacar que el estudio dirigido por Thomas también ha arrojado nueva luz sobre cómo se hacían de los conocidos como «espejos-modelo», unas versiones en miniatura destinadas a ser depositadas en el interior de las tumbas y que, sorprendentemente, «se fabricaban siguiendo el mismo proceso que los espejos de tamaño real», advierte el estudio.