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04 de mayo de 2024

El primer ministro británico Boris Johnson, en la Cámara de los Comunes

El primer ministro británico Boris Johnson, en la Cámara de los ComunesAFP

Escándalo Partygate

Johnson se defiende en los Comunes : «Acudí a las fiestas para reconocer el esfuerzo de mis empleados»

El informe de la funcionaria Sue Gray, recién publicado, determinó que las fiestas en Downing Street desobedecían a las restricciones por coronavirus

Boris Johnson se mece de nuevo sobre la cuerda floja, en constante tensión por la creciente decepción del pueblo británico con su Gobierno.
La publicación del informe de la funcionaria Sue Gray, que denuncia «fallos de liderazgo» y «un consumo excesivo de alcohol», entre otros, no le ha hecho bien, y tras probarse con fotografías que estuvo presente (y bebiendo) en las fiestas de Downing Street, se le acaban los cartuchos y argumentos.
«Me responsabilizo de todo lo que sucedió bajo mi vigilancia», empezó su discurso Boris Johnson, a quien ahora le toca defenderse frente a la Cámara de los Comunes.
Utilizó, una vez más, la excusa de que el personal de Downing Street se enfrentaba a una tremenda presión a causa de la pandemia. Se trataba del «contexto» que, según Johnson, «no mitiga, pero explica» las reuniones, en las que se les agradeció su servicio. Así, alegó que acudió a las fiestas para cumplir con su responsabilidad y reconocer el esfuerzo de sus subordinados.
Luego argumentó que no tenía conocimiento de las fiestas en las que no estuvo presente. Y finalizó diciendo que esperaba que todos, juntos, pudieran superar el escándalo y centrarse en las prioridades del pueblo británico.
Pero la vicepresidenta del Partido Laborista, Angela Rayner, no se cree ninguna de las excusas de Johnson. «Es indefensible. El Downing Street de Boris Johnson está prohibido desde arriba. Él ha impuesto está cultura. Todo pasó bajo su responsabilidad. La culpa es suya», tuiteó.
Al surgir las primeras acusaciones, el pasado noviembre, Johnson negó haber asistido a ninguna fiesta. Luego se demostró que si lo hizo, y que, por ende, mintió al parlamento en sus declaraciones previas. Ni corto ni perezoso, el premier volvió a hacerse el tonto, y alegó no haber tenido conocimiento de que las fiestas en las que estuvo violaban la normativa sanitaria.
La Policía Metropolitana, no convencida, impuso una multa al premier, que aún así no piensa dimitir del cargo. Pero su reputación sufre.
Las fotos que el canal de noticias SkyTV publicó a principios de esta semana supusieron un duro golpe para la defensa de Johnson: mostraban al premier en una fiesta de despedida, fechada en noviembre de 2013.
En ellas, Johnson hace un brindis con un vaso relleno de líquido espumante. Está rodeado de más personas, y de botellas de alcohol tanto llenas como vacías.
Tras 20 meses de investigación, Gray concluyó que las fiestas si violaron las restricciones por coronavirus, y criticó el comportamiento de los líderes de Downing Street que permitieron celebrar las fiestas.
«Nadie tuvo en consideración los riesgos que estas reuniones presentaban a la salud del público, ni la imagen que daban del Gobierno», escribió Gray, antes de añadir que «el consumo excesivo de alcohol no es apropiado para un lugar de trabajo».
En cuanto a la acción disciplinaria, Sue Gray se lava las manos. Pidió al Gobierno la imposición «de una política clara y robusta, que cubra el consumo de alcohol en el entorno profesional», pero alega que las hipotéticas instrucciones disciplinarias «están fuera del alcance de su informe y son asunto de otros».
Con todo, ofreció una pequeña reflexión: «No hay excusa para el comportamiento que vimos, pero es importante ser conscientes de que aquellos en posiciones junior asistieron a eventos donde estaban presentes sus jefes. No dudo que hayan aprendido de esta experiencia, y eso es algo que hay que tener en cuenta a la hora de disciplinar».
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