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24 de abril de 2024

Maia Sandu, presidenta de Moldavia

La presidenta de Moldavia, Maia SanduEFE

Moldavia adopta el rumano como lengua oficial para alejarse de la esfera rusa y acercarse a la UE

El cambio supondrá sustituir el alfabeto cirílico por el latino, y algunos cambios semánticos dialectales, ya que, en esencia, el rumano y el moldavo son la misma lengua romance

Las diferencias entre el idioma rumano y el moldavo son tan simbólicas que, en la práctica, se limitan a lo nominal.
El rumano y el moldavo son la misma lengua con dos nombres diferentes, y algunos matices dialectales. La división la estableció la Unión Soviética durante los años en que Moldavia formó parte de la URSS.
El objetivo era iniciar un proceso de rusificación de la sociedad moldava, para lo cual obligaron también a cambiar el alfabeto de esta lengua romance y sustituir el alfabeto latino por el cirílico.
Con el objetivo de alejarse todo lo posible de la esfera rusa y marcar con claridad el rumbo europeísta del país, la presidenta de Moldavia, Maia Sandu, promulgó este miércoles una ley que acuña en la Constitución y en todas las actas legales el término «idioma rumano» como lengua oficial de la antigua república soviética, a lo que se opone la oposición prorrusa.
«El idioma estatal en Moldavia es el rumano. Estoy convencida de que el rumano debe y puede ser el catalizador de la consolidación de nuestra sociedad», comentó Sandu en las redes sociales.
Sandu, que en su momento consideró «anormal» llamar moldavo a una lengua que es igual a la que se habla en la vecina Rumanía, destacó que la ley simplemente confirma una «verdad histórica».
Recordó que más de 27 millones de personas hablan rumano en el mundo, que recordó es una lengua oficial en la Unión Europea que concedió el pasado año a Moldavia el estatus de candidato a la adhesión.
«Aquellos que durante décadas afirmaron que nosotros, los habitantes de la República de Moldavia, hablamos moldavo y no rumano, buscaban solo una cosa: dividirnos», subrayó, en alusión a soviéticos y rusos.
Por todo ello, Sandu, criticada por la oposición por promover la futura unificación con Rumanía, llamó a los moldavos a aprender y hablar rumano.
Según las estadísticas oficiales, más del 80 % de los moldavos hablan rumano como lengua madre.
La oposición socialista y comunista aseguró que, en caso de promulgación de la ley, que fue aprobada la pasada semana por el Parlamento con el apoyo de 58 de los 101 diputados, recurriría al Tribunal Constitucional.
Argumenta que las enmiendas constitucionales exigen el respaldo del Constitucional y de dos tercios de los diputados, apoyo con el que no cuenta el actual Gobierno europeísta moldavo.
Mientras, las autoridades aducen que la ley no reforma la Constitución propiamente dicha, sino que aplica la Declaración de Independencia de 1991 que estipula el rumano como lengua oficial y que tiene prioridad sobre la Carta Magna.
El cambio de nombre de idioma moldavo a rumano es respaldado por aquellos que quieren ingresar en la Unión Europea y en la OTAN, a lo que se oponen los prorrusos.
Rumanía y Moldavia comparten un pasado común y estrechos lazos culturales, vínculos que se han reforzado desde el inicio de la campaña militar rusa en la vecina Ucrania.
Moldavia no solo recibió a cientos de miles de refugiados, sino que en su territorio han caído varios misiles, al tiempo que ha aumentado la tensión con la región separatista de Transnistria.
Recientemente se desveló un plan del Kremlin para subordinar política y económicamente a Moldavia, impedir su entrada en la Unión Europea y la Alianza Atlántica e imponer la lengua rusa en perjuicio del rumano.
Moldavia cerró el pasado año seis canales de televisión rusos con el fin de proteger a sus ciudadanos de la propaganda y desinformación del Kremlin.
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