Fundado en 1910
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AFP

Arun Gandhi (1934-2023)

El nieto del Mahatma que intentó seguir sus pasos

Vivió del ilustre apellido durante cuatro décadas, no sin generar agrias polémicas

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Nació el 14 de abril de 1934 en Durban (Unión Sudafricana) y falleció el 2 de mayo de 2023 en Kolhapur (India)

Arun Manilal Gandhi

Hijo del periodista Manilal Gandhi, segundogénito de los cuatro varones del Mahatma, vivió prácticamente en el anonimato hasta los ochenta: en 1987 se trasladó con su familia a Estados Unidos, donde creó el Instituto de la No Violencia con el nombre de su abuelo. Lo tuvo que dejar a raíz de unos desafortunados comentarios sobre el país que le acogía.

Los inicios de Arun Manilal Gandhi en el activismo fueron desafortunados: en 1982, con motivo de la película Gandhi, dedicada a su abuelo paterno, el Mahatma, dirigida por Richard Attenborough, criticó que el Gobierno de la India la hubiera subvencionado con 25 millones de dólares. «Hay gastos que deberían de tener una mayor prioridad», estimó oportuno declarar. El problema es que habló sin haber visto la película. Tras verla en una proyección privada, cambió radicalmente de opinión a través de la redacción de un nuevo artículo, alabando la buena plasmación de la figura del luchador por la independencia india en la pequeña pantalla.

No fue la única ocasión en que el nieto se metió en líos: en 2008, esta vez en las páginas de The Washington Post, opinó que los israelíes hablaban demasiado del Holocausto y estaban perdiendo apoyos y simpatía en todo el mundo. Añadió que el Estado hebreo y Estados Unidos eran los mayores contribuyentes a la «cultura de la violencia» que amenazaba al mundo. La gravedad de esas afirmaciones hizo que la Universidad de Rochester, institución académica que acogía el Instituto para la No Violencia que había fundado –llevaba, como no podía ser menos, el nombre de su abuelo– amenazase con expulsarlo.

Gandhi se disculpó diciendo que sólo había querido referirse a los militantes de la derecha dura israelí. Una explicación insuficiente para la Universidad de Rochester, cuyas autoridades amenazaron con disolver el Instituto a menos que Gandhi dimitiera de sus órganos directivos. Obedeció, si bien predijo que volvería en pocos meses. Se equivocó por completo. El episodio no fue óbice para que Gandhi siguiera viviendo del prestigio de su apellido, impartiendo conferencias en diversas universidades, principalmente en Estados Unidos, y concediendo numerosas entrevistas, intentando siempre hacerse pasar por el fiel intérprete del pensamiento de su abuelo.

Un abuelo con el que mantuvo una relación esporádica: le conoció fugazmente a la edad de cinco años y no volvió a coincidir con él hasta 1946, cuando se trasladó a vivir a su residencia de Sevagram, aldea recóndita del centro de la India. Allí, Arun formaba parte de los niños alfabetizados y de nivel de vida aceptable, por lo que el Mahatma le animó a que jugara con los niños del vecindario después de la escuela para «aprender lo que era vivir en la pobreza», así como a enseñar a esos niños lo que él aprendía en clase cada día. «Fue la experiencia más creativa y esclarecedora para mí», reconoció el nieto años después. Poco antes del asesinato del Mahatma en enero de 1948, volvió a su Sudáfrica natal, país en el que su abuelo vivió durante más de dos décadas.

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