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29 de abril de 2024

Vidas ejemplaresLuis Ventoso

Queridos jóvenes y jóvenas, os están estafando

Ser joven es hoy un pésimo negocio en España, os dan la paguita para el Netflix y el tren, pero os están arruinando la vida con el catecismo socialista

Actualizada 09:47

Queridos jóvenes y jóvenas –y añado lo segundo porque no quiero que me consideréis carca y poco inclusivo–, ¡qué suerte tenéis que os haya tocado disfrutar estos ilusionantes años de vuestras vidas en la era de Tito Sánchez!
El Gobierno de «la coalición progresista» es la bomba y vela por vosotros con su escudo social. Os regala el tren para que os vayáis gratis de fiesta por ahí adelante. Os da un «bono cultural» para que os paguéis el Netflix y los vídeojuegos. Anuncia miles y miles de nuevas viviendas para que disfrutéis de alquileres asequibles (sumando todas las promesas de Mi Persona ya vamos por más de cien mil casas, aunque en la práctica jamás se ha movido ni un ladrillo, pero eso es lo de menos, porque en el «progresismo» lo bonito es «el relato»).
Admirables jóvenes y jóvenas, el sistema socialista que hemos instaurado en España os renta, que diríais en vuestra jerga. Mal haríais en no votar a la bondadosa coalición de socialistas, comunistas, filoetarras y golpistas catalanes que nos gobierna, pues ahí están los datos de cómo os está favoreciendo. Con Peter y Yoli hemos logrando no solo que la tasa de paro juvenil sea la mayor de la UE, sino también la más alta de toda la OCDE. Ole. El salario medio que percibís es un 35% inferior a la media española y la temporalidad que sufrís, el doble de alta. Guay.
La edad media a la que os marcháis de casa de mamá y papá está en los treinta años, tres y medio más que la media europea, porque ahí fuera para vosotros solo abunda el empleo mal pagado e inseguro. El número de los que vivís con vuestros padres ha subido un 10,6 % desde 2008 (es decir, la cosa ha empeorado). En realidad os va mucho peor que a la generación de vuestros padres, e incluso que a la de vuestros abuelos pensionistas, unos potentados a vuestro lado. Los nacidos en 1955, en plena oprobiosa, lo cierto es que alcanzaban el sueldo medio del país a los 27 años, mientras que los que disfrutáis del paraíso sanchista lo lográis ¡a los 34! Macanudo.
En resumen, pensándolo un poquito mejor, tal vez Yoli, Peter, Bildu y Junqueras os estén tomando el pelo. Tal vez resulte que al final el encantador modelo de perseguir a los empresarios, intentar trabajar lo menos posible, levantar fronteras internas y condenar el esfuerzo educativo -casi un cuarto de los alumnos de ESO ya pasan de curso con suspensos- os está haciendo papilla y cegando vuestro futuro. Tal vez resulte que sois vosotros los que vais a tener que apechugar con el socavón que han abierto en las cuentas públicas las políticas peronistas de Mi Persona. Tal vez resulte que a este paso cuando seáis yayos os vais a encontrar con micropensiones y currando hasta los 75.
Mientras os dan la chapa con una «emergencia climática» que no existe en España. Mientras os arengan contra una ultraderecha aterradora que hasta promueve magnicidios contra el líder providencial. Mientras os educan en las bondades de la subcultura de la muerte, el vacío espiritual, el victimismo y la desesperanza. Mientras os hacen sentiros inseguros sobre vuestra sexualidad y hasta sobre el propio hecho biológico. Mientras intentan lavaros el cerebro con el catecismo «progresista». Mientras sucede todo eso, resulta que vuestras condiciones de vida están por los suelos, vuestras posibilidades de formar un hogar y tener hijos se han puesto más cuesta arriba que nunca y vuestro estado ánimo se deprime bajo el peso de los nubarrones de la desesperanza (aunque el Estado socialista ya está trabajando en ello, pues ha decretado que todo aquel que esté quemado porque le va mal en la vida por falta de oportunidades en realidad padece «un problema de salud mental»).
Esta tropa os está estafando. O espabiláis y apoyáis otras políticas más liberales y un país más cohesionado, u os espera un futuro de taifas insolidarias, victimismo paralizante y mediocridad subvencionada (y eso hasta que reviente la caja).
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