A la calle contra la 'Españazuela' de Sánchez
Poner una urna tras un biombo con el objetivo de dar un pucherazo en la misma sede de Ferraz para hacerse con la secretaría general del PSOE es propio de Maduro, me confesó García Page. Eso lo hizo quien hoy lleva siete años en la Moncloa, a la que llegó con la promesa de honestidad y regeneración políticas
La cita del domingo 8 de junio en Madrid es de asistencia ineludible y exigible para demostrarnos, en primer lugar a nosotros mismos, y después al resto de Europa que la deriva autocrática y ahora también mafiosa del Gobierno de Sánchez y su partido puede ayudar a frenarse con una protesta masiva en las calles de la capital y cuantas hagan falta después.
Es hora de romper el silencio atronador de los corderos y demostrar que lo que da miedo, como decía Julio Anguita, no es el ruido del poder, sino, precisamente, ese silencio del pueblo devenido en corderos anestesiados y resignados. La sociedad civil, con todas sus asociaciones, ha revelado hasta ahora, lamentablemente, el escaso éxito de sus manifestaciones de protesta contra Sánchez, evidenciando que el poder de convocatoria lo tienen los partidos. Sobre el PP y Feijóo recae ahora la responsabilidad de convertir a Madrid el 8 de junio en el epicentro de la mayor movilización democrática contra un presidente de Gobierno que ha conseguido que su política sea el arte de disfrazar de interés general su interés particular y hacer, como dijo Orwell, que «las mentiras suenen veraces y el homicidio respetable».
Si Trump afirmó que podría disparar a gente en la Quinta Avenida de Nueva York y no perdería votantes porque tiene a los seguidores más leales, Sánchez se mueve en una dinámica similar al contar con seguidores fanáticos y profundamente ideologizados junto a la mayoría Frankenstein. Mucho peor que Sánchez y sus cloacas, son los aliados parlamentarios que le defienden y piden que resista, Junqueras entre otros, en medio del insoportable hedor que desprende el muladar en que ha convertido la Moncloa y Ferraz. Está escrito que algo peor que un gobierno o un político corrupto, son los partidos y ciudadanos que lo defienden.
Los mismos partidos que cercaron en la calle y en el Congreso al PP de Rajoy por la corrupción, después sustanciada con la forzada moción de censura que apoyaron, silencian ahora los desmanes y tropelías corruptas perpetradas por Sánchez, sus familiares y conmilitones. Cuando nos preguntamos por qué Sánchez resiste, la respuesta está en el apoyo firme que recibe de esa excrecencia política que entiende que cuanto más débil se encuentre más beneficio puede sacarle y que unas elecciones anticipadas acabarían, probablemente, con esa ventajosa situación por más que se deteriore la democracia y pierda España, cosa que les importa una higa.
Tampoco una moción de censura abocada a perderse supondría debilitar a Sanchez. Como dice Aznar las cosas condenadas al fracaso producen más frustración, o lo que es lo mismo, el esfuerzo inútil conduce a la melancolía. Sánchez está loco porque Feijóo le presente una moción de censura que afrontaría resguardado por su guardia pretoriana en el Congreso, desde Sumar a Podemos pasando por Bildu, PNV, ERC, Junts, BNG etc, todos encantados de convertir al líder del PP en 'el muñeco de la kermesse', es decir, en la diana de la feria a la que todo el mundo, por un euro, tira huevos y tomates podridos mientras Sánchez y sus mariachis del banco azul se desternillan en sus escaños.
La mejor opción en estos momentos es salir a las calles y llenarlas de españoles descontentos e indignados con un Sánchez que junto a sus aliados parlamentarios y seguidores ayunos de escrúpulos como él, ha entendido que se puede gobernar con la impunidad que todos ellos le otorgan para bajar a las cloacas, urdir tramas contra la Guardia Civil y los jueces que les investigan, y retorcer y reformar leyes hasta acabar definitivamente con Montesquieu y convertir España en un remedo de Venezuela en Europa.
Poner una urna tras un biombo con el objetivo de dar un pucherazo en la misma sede de Ferraz para hacerse con la secretaría general del PSOE es propio de Maduro, me confesó García Page. Eso lo hizo quien hoy lleva siete años en la Moncloa, a la que llegó con la promesa de honestidad y regeneración políticas. Contra la 'Españazuela' de Sánchez , descartado un adelanto electoral, sólo nos queda el recurso de la protesta contundente y masiva el día 8 de junio en Madrid que rompa con el cliché de una ciudadanía acomodada y anestesiada y se entere el resto de Europa de cómo se las gasta el aprendiz de Maduro y ahora también émulo de Don Vito, que contonea sus caderas por Bruselas y esconde alma de galgo para salir por patas ante la adversidad, como hizo en Paiporta.
