Esmalte de uñas
Sanidad
El ingrediente utilizado en esmaltes de uñas que la Unión Europea prohíbe desde hoy
Europa prohíbe el uso de este producto químico utilizado como fotoiniciador en semipermanentes
Cada vez con más las personas que optan por hacerse la manicura o la pedicura semipermanente, un tipo de manicura en la que se utiliza un esmalte especial que se seca y fija con lámpara de luz ultravioleta (UV) o LED. A diferencia del esmalte tradicional, que suele durar pocos días sin descascarillarse, el semipermanente mantiene el color y el brillo durante unas 2 a 3 semanas, dependiendo del crecimiento y cuidado de la uña. Es decir, es una opción perfecta para quien desee acudir poco al salón y tener unas uñas perfectas durante más tiempo.
Sin embargo, ahora, la Unión Europea ha prohibido el uso de un químico habitualmente presente en los esmaltes que se utilizan en este tipo de técnica de belleza, ya que se ha asociado a diferentes perjuicios para la salud de las personas.
Trifenilfosfina Óxido
Hablamos de la Trifenilfosfina Óxido o TPO, un compuesto químico empleado como fotoiniciador en esmaltes semipermanentes, top coats y geles. Su función principal es acelerar el proceso de secado del color, además de favorecer su endurecimiento cuando se expone a la luz LED o UV. Gracias a ello, se obtiene un acabado más brillante, duradero y resistente.
El Comité Científico de Seguridad del Consumidor (SCCS) y también la Agencia Europea de Sustancias Químicas (ECHA) han clasificado esta sustancia como CMR, aquella que, de acuerdo con la normativa europea (Reglamento REACH y CLP), se clasifica como carcinógena (C), mutágena (M) o tóxica para la reproducción (R). Estas sustancias pueden provocar cáncer, alterar el material genético de las células o afectar a la fertilidad y al desarrollo embrionario. Según el grado de evidencia científica disponible, se dividen en tres categorías: 1A (efectos comprobados en humanos), 1B (efectos observados en animales) y 2 (sospecha de efectos con menor certeza).
Su uso está altamente regulado por el riesgo que representan para la salud. En la práctica, deben ser sustituidas por alternativas más seguras siempre que sea posible, y cuando no lo es, se exigen estrictas medidas de protección y un etiquetado específico con advertencias y pictogramas.
La nueva normativa europea, establecida en el Reglamento (UE) 2025/877, modifica la legislación sobre productos cosméticos con el objetivo de reforzar la seguridad de los consumidores y asegurar que estos artículos cumplen los estándares de calidad exigidos. Con ello, se busca ofrecer una mayor protección de la salud y confianza en el uso de este tipo de productos.