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03 de mayo de 2024

Flores y velas en la Plaza Alta de Algeciras donde se perpetró el ataque

Flores y velas en la Plaza Alta de Algeciras donde se perpetró el ataqueJosé Rodríguez

El ataque de Yassin Kanjaa en Algeciras siguió los parámetros del yihadismo europeo de los últimos años

'Lobos solitarios' que se han autoadoctrinado y ataques mediante el apuñalamiento marcan la mayoría de los atentados registrados en Europa

Hace diez meses, el director del Observatorio Internacional de Estudios sobre Terrorismo, Carlos Igualada, afirmaba a El Debate que «en 2021 continúan dándose los mismos patrones ya observados en la inmensa mayoría de los ataques que han ocurrido durante los últimos cuatro años en Europa: los atentados son perpetrados por terroristas que actúan por cuenta propia tras haberse adentrado en un proceso de radicalización». También afirmaba que «estas acciones cuentan con un presupuesto muy limitado, por lo que acuden a recursos que están al alcance de su mano». De ahí que el 75 % de los ataques registrados en Europa entre 2018 y 2021 se han producido mediante apuñalamiento.
Ese parece ser el calco de lo sucedido el pasado miércoles en Algeciras con Yassin Kanjaa, el marroquí de 25 años que asesinó al sacristán de la iglesia de La Palma. De hecho, tal y como informó El Debate, la Policía detectó elementos de radicalización en redes sociales y en los pen drive incautados al autor del ataque, concretamente, propaganda de carácter salafista.
Decía en un artículo publicado por el Grupo de Estudios en Seguridad Internacional en 2018 el criminólogo por la Universidad de Salamanca, especializado en Terrorismo salafista-yihadista en la Universidad Pablo de Olavide (Sevilla), Javier Blanco Blanco, que «a pesar de la derrota del DAESH en Iraq y Siria y de las ‘horas bajas’ de dominio territorial directo de grupos terroristas, el salafismo-yihadista mantiene casi intacta su capacidad de acción y sus peligrosas capacidades adaptativas de mutar». Lo sucedido en Algeciras demuestra, una vez más, que sigue los parámetros ya establecidos desde hace años por el yihadismo en Europa.
El único parámetro que no cumplía Yassin Kanjaa es el que afirma que el principal foco de yihadismo se da en las cárceles. Esto se produce porque en el año 2015 se introdujo en el Código Penal el delito de auto adoctrinamiento, «lo que ha permitido que las operaciones policiales se desencadenen antes». Pero, al mismo tiempo, al ser detenidos y encarcelados antes, el radicalismo yihadista se introduce antes en las prisiones y se puede contagiar entre los presos.
De todas formas, la detección de 'lobos solitarios' como parece ser el caso de Algeciras, también resulta complicados de detectar y, a nivel colectivo, de cambiar. «Es muy difícil mantener la contranarrativa con personas dominadas por el pensamiento religioso», afirmaba Carlos Igualada. Las declaraciones de los compañeros de piso del supuesto yihadista en las que afirmaban que Yassin Kanjaa había cambiado el carácter en los últimos dos meses, señala en la dirección de esa radicalización. «Hablaba del diablo y de cosas raras, daba miedo», aseguraron los que convivieron con el supuesto yihadista en los últimos meses.
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