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04 de mayo de 2024

Una madre despide a su hija en el patio del colegio CEU San Pablo de Sanchinarro, el primer día de curso escolar, a 6 de septiembre de 2023

Una madre deja a su hija en la puerta del colegioEuropa Press

Las cinco frases que una experta en crianza de Harvard nunca le diría a sus hijos

Es madre de tres hijos y además experta en temas de paternidad. Esta experiencia le ha valido a Jennifer Breheny Wallace, autora de Nunca es suficiente: cuando la cultura del éxito se vuelve tóxica y qué podemos hacer al respecto, para concluir que los hijos se ven influenciados por los mensajes que reciben de sus padres sobre el éxito en la vida y que ello les hace dudar del amor incondicional que sus progenitores sienten por ellos.
La investigadora sobre paternidad pone un ejemplo muy gráfico: cuando lo primero que se le pregunta a un hijo al volver del colegio es qué tal le ha ido el examen que tuviera ese día, aunque su padre realmente crea que el esfuerzo es mucho más importante que la nota, el mensaje que el niño recibe es el contrario. En este mismo sentido, la experta comparte en CNBC las cinco frases que nunca emplea con sus hijos.

«Tu trabajo es estudiar»

Los estudiantes de alto rendimiento, explica Wallace, se centran en muchas ocasiones en seguir haciendo currículo para prosperar. No obstante, «para que prosperen, deben saber cómo contribuir a la comunidad en general», afirma.
Por ello, en la familia de Breheny Wallace se ha vuelto obligatorio hacer voluntariado. «Es una forma de demostrar a mis hijos que poseen un talento o una habilidad que pueden utilizar para aportar valor al mundo», desvela la autora. Esto les vale también para aprender que tienen más que un buen expediente académico que ofrecer al mundo.

«¿Te han admitido en la universidad?»

Uno de los hijos de Wallace está en último año de colegio, previo a pasar a la universidad y según ella misma confiesa, no permite que el estrés de encontrar una carrera entre en sus conversaciones diarias. En lugar de ello, las programa. Por ejemplo: los domingos después de comer durante todo el último año de bachillerato.
Según indica la experta, esta práctica ha permitido a su familia «reducir la tensión, disfrutar del resto de la semana y centrarse en otras cosas importantes de su vida».

«¿Te han dado la nota de aquel trabajo?»

Afirmaciones como esta dan pie a que los hijos puedan pensar que su rendimiento académico es lo que más les importa a sus padres o que sus notas le definen. Esta es la causa de que cuando los niños de Wallace vuelven a casa del colegio, en vez de preguntarles por las calificaciones de los exámenes o trabajos, les interroga sobre qué han comido ese día.
«Me he dado cuenta de que una entrada discreta como esta lleva a conversaciones más profundas con mis hijos sobre dinámicas sociales, amistades o salud», expresa.

«Quiero verte dar el 100 % en todo»

En casa de los Wallace se centran en lo que la experta en crianza llama «esfuerzo sabio» o enseñar a sus hijos a ser eficientes energéticamente, según lo explica citando a la psicóloga Lisa Damour. Sus conversaciones en familia sobre lo que significa ser un buen estudiante no van sobre darlo todo al 100 %. Según indica la autora de Nunca es suficiente, esto es lo que lleva a los alumnos al agotamiento y alimentar el perfeccionismo tóxico. «En cambio –añade– aprender a ser estratégico sobre dónde gastas tu energía».

«Solo quiero que seas feliz»

«Claro que quiero que mis hijos sean felices», exhorta Wallace. No obstante, añade que este sentimiento puede malinterpretarse y hacer que alguien comience a mirar de manera egoísta solo por el primer puesto. En cambio, la lección que quiere transmitir a sus hijos es: «Sé que soy más feliz cuando me siento valorada y aporto valor a los demás».
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