
Representación de Ankara en el siglo XVIII
Picotazos de historia
El general que fracasó en su rebelión y el anacoreta que predijo a los tres futuros emperadores
En el año 803, al general Bardanes no le gustó el cambio de Emperador y organizó una rebelión, pero fracasó. Nunca supo que entre sus escoltas estaban los tres próximos emperadores
Se denomina Teófanes Continuatus a una serie de escritos que narran los hechos del Imperio Bizantino y que se datan en el siglo XI. Los llamaron así porque se consideró que eran continuación –no tienen nada que ver– de las Crónicas de Teófanes el confesor. En dichas crónicas nos cuentan los sucesos del año 803.
El año anterior había habido una revuelta palaciega y la Emperatriz Irene había sido depuesta y enviada al exilio, a Lesbos. Nicéforo, el logoteta de palacio –algo así como el ministro de economía– fue entronizado como Nicéforo I.
El general Bardanes, llamado «el Turco», comandante de la gobernación de Anatolia, no estaba contento con el cambio. Él era un acérrimo defensor de Irene y las reformas de Nicéforo tenían muy descontento al ejército que llevaba tiempo sin recibir sus pagas. Debatiéndose entre la revuelta o no, un oficial le comentó que en las proximidades de Filimelio, cerca de Ankara, vivía un santo anacoreta bendecido con el don de ver el futuro. Bardanes decidió que no tenía nada que perder y partió para verle acompañado de su estado mayor y escolta.
Encontraron el lugar y Bardanes se aproximó al anacoreta para hacer su pregunta, este levantó una mano para detenerle y le dijo: «Tú ya has tomado tu decisión. Nada de cuanto yo diga lo cambiará». Y mirando hacia el séquito que le acompañaba, señaló a tres jóvenes. «Mándame, de uno en uno, a esos jóvenes que te acompañan».
Así lo hizo Bardanes y al primero le dijo el anacoreta: «Tú serás emperador». Lo mismo dijo al segundo y, al tercero : «Tú casi serás emperador».
La revuelta de Bardanes fracasó y él terminó sus días en un convento. El primero de los jóvenes sería conocido como el emperador León V, llamado «el armenio». El segundo sería Miguel II «el tartamudo». El tercero era Tomás «el eslavo», que se proclamó emperador, pero fue derrotado por Miguel antes de poder coronarse.