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19 de abril de 2024

La prise de Constantine 1837 par Horace Vernet

La prise de Constantine 1837 par Horace Vernet

Cuando un abanico provocó la ocupación francesa de Argelia y el establecimiento del protectorado

Pierre Deval, el cónsul francés en Argel fue golpeado con un abanico por el dey de Argel como consecuencia una pequeña flota francesa exigió excusas que no se dieron y bloqueó el puerto de la ciudad

La colonización fue un sistema de dominación de unos pueblos europeos sobre otros africanos, americanos o asiáticos. La imposición de un sistema de poder, ideología y de organización política y cultural. Y tiene diversas motivaciones y causas que necesitaban un hecho concreto para que se precipitara el preparado.
A principios del siglo XIX Argelia no era el país que conocemos ahora. La franja costera de lo que hoy es Argelia y parte de Marruecos y Túnez constituía el Reino de Tremecén cuyas fronteras fueron cambiando a lo largo de la historia. En 1516 Barbarroja capturó Argel, a excepción de la zona del peñón que estuvo en manos españolas hasta 1529. Se establece así la llamada Regencia de Argel bajo protección otomana. Los españoles poseían Orán y Mazalquivir desde 1509, hasta su abandono en 1792. En 1554 el Reino de Tremecén se convierte en un protectorado otomano y en 1556 Argel y la parte oriental del país se transforman en un beylicato otomano. En 1671, tras un golpe de Estado, la Regencia adquiere un grado alto de autonomía aunque continuara bajo la protección otomana y gobernada por un dey nombrado por el Divan en el que participaban tanto otomanos como argelinos.
A pesar de formar parte del Imperio otomano, su independencia era casi total salvo para algunas cuestiones militares y de exacción de impuestos. Este Imperio tenía ligaduras débiles entre la Sublime Puerta y los países protegidos. A principios del siglo XIX, la potencia otomana en los mares había disminuido, los franceses y británicos sustituyeron a los españoles en la policía del Mediterráneo y la lucha contra los piratas y la trata. Los ingleses bombardearon Argel en 1816 y 1819, con más fortuna que la fracasada expedición de Dinamarca y Noruega en 1770, cuando los nórdicos trataron de librarse del tributo anual que debían pagar al dey para garantizar que sus costas quedaran libres de incursiones berberiscas y fueron derrotados.

Francia soñaba con levantar de nuevo un gran Imperio tras la debacle de Napoleón

Argelia, con grandes extensiones de tierras cultivables y una posición geoestratégica clave, era muy apetecida por Francia que soñaba con levantar de nuevo un gran Imperio tras la debacle de Napoleón. Francia pretendió una nueva política imperial en África con las bases establecidas en Madagascar y los intentos de expansión en Senegal a partir de la isla de Gorea que tenían desde el siglo XVII. En Argelia, en el siglo XVIII, los comerciantes franceses habían obtenido concesiones en los puertos de Bona (Annaba) y La Calle (Chott el-Khalla) para extraer el trigo argelino y pretendían rehabilitar el privilegio.
Las intervenciones europeas en el Magreb tenían la excusa de combatir a los piratas amparados por el dey de Argel y el imperio turco. Cuando Carlos X preparó la de 1830 había encontrado un nuevo motivo para la intervención: la bancarrota financiera de los Estados norteafricanos.

La conquista francesa de Argel

Dey Hussein abofetea al cónsul Deval con su abanico en esta ilustración de 1827

Dey Hussein abofetea al cónsul Deval con su abanico en esta ilustración de 1827

En abril de 1827, el cónsul francés en Argel, Pierre Deval había ido a parlamentar con el dey para reclamar el pago de viejas deudas. Deval hablaba bien el turco y el árabe y la reunión se produjo sin intérpretes. En plena discusión, el dey propinó un golpe con el abanico al francés que, abandonó el lugar indignado y el país poco después. Una pequeña flota francesa exigió excusas que no se dieron y bloqueó el puerto de la ciudad. En octubre de ese año, una flota franco-inglesa-rusa había derrotado al sultán en Navarin. En 1829, un navío francés que acudía a Argel para parlamentar, fue bombardeado. Todos estos incidentes bien utilizados y la falta de actitud francesa para la paz, crearon el clima conflictual propicio que buscaba el Rey francés y sus ministros adictos a la intervención.

Tardaron unos diez años en dominar Argel por la fuerte resistencia de Abd el Kader en el oeste

La expedición fue una proeza técnica y de preparación. El 25 de mayo de 1830, 675 barcos partieron de Tolón. La mayor parte eran barcos mercantes. El 14 de junio, 37.000 hombres, 3.500 caballos y 120 cañones desembarcaron en la playa de Sidi Ferruch, a unos veinticinco kilómetros al oeste de Argel. El 19 de ese mes, el dey se rendía demostrando la debilidad del régimen otomano en el que una pequeña élite militar turca dominaba sobre una población local amplia, diversa y dividida. A pesar de que muchos franceses pensaban que era solo una expedición de castigo, la intención del Rey era tomar el país para quedárselo. Tardaron unos diez años en dominarlo por la fuerte resistencia de Abd el Kader en el oeste. Pero terminaron por crear una colonia férreamente gobernada y administrada por los franceses, que acabó dividida en tres provincias con igual organización política y administrativa que las metropolitanas: Argel, antigua regencia otomana, Orán y Constantina que fueron beyliatos de Argel. Los franceses, con el tiempo, fueron añadiendo a su joya colonial los territorios del Sáhara, hasta entonces tierra común de pueblos nómadas, estableciendo unas fronteras amplias y artificiales. La conquista del desierto tuvo en la literatura colonial francesa el carácter de epopeya similar a la del far west americano.

La población local no tenía los mismos derechos que los colonos, estaban subordinados social y económicamente en su país

En Sidi-Ferruch por Pierre-Julien Gilbert

En Sidi-Ferruch por Pierre-Julien Gilbert

Francia había adquirido territorios inmensos, ricos y separados solo por unas millas marinas. Los había dotado de organización administrativa y de una estructura de poder político y militar. En la mentalidad de la época, nunca pensaron que las provincias argelinas se fueran a separar de Francia. Pero el sistema, como todo sistema colonial, llevaba dentro el germen de su destrucción. La población local no tenía los mismos derechos que los colonos, estaban subordinados social y económicamente en su país. Poco a poco, fueron cobrando conciencia política de la situación y la convivencia se fracturo en una guerra muy cruel, con muchos tintes de guerra civil, que tras ocho años llevó a la independencia en 1962.
Las heridas no han cicatrizado todavía. A pesar de ello, la colonización dejó su impronta y Argelia conserva mucho de lo que le dejó Francia. Primero, el territorio nacional actual; segundo, el Estado concebido como salió de la Revolución liberal; tercero, un ordenamiento jurídico completo imprescindible para el funcionamiento del Estado; y cuarto, la lengua que convive con el árabe.
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