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25 de abril de 2024

El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, ayer, en la reunión que mantuvo con sus homólogos de Polonia, República Checa y Eslovenia

El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, ayer, en la reunión que mantuvo con los líderes de Polonia, República Checa y EsloveniaGobierno de Ucrania

Guerra Rusia-Ucrania  Adiós, OTAN, ¿hola, UE?

Con el avance en las negociaciones con Rusia, Zelenski parece desistir de la entrada de su país en la Alianza Atlántica en un momento en el que crecen los apoyos a un ingreso en la Unión Europea que, sin embargo, no sería exprés

Al igual que la invasión rusa de Ucrania avanza por varios frentes, la vía diplomática hace lo propio. El Gobierno ucraniano, liderado por Volodimir Zelenski, pareció desechar ayer la idea de una entrada en la OTAN. Al menos a corto-medio plazo.
«Ucrania no es un miembro de la OTAN. Lo entendemos. Durante años hemos escuchado que las puertas estaban abiertas, pero también hemos escuchado que no podríamos unirnos. Esa es la verdad y hay que reconocerla», apuntó ayer el mandatario. Y lo hizo en un momento en el que se vislumbran puntos de acuerdo en las reuniones bilaterales que representantes rusos y ucranianos mantienen desde el pasado 26 de febrero.
Algo que no parecía fácil, dado que desde el país presidido por Vladimir Putin se exigía que Ucrania no entrase ni en la Alianza Atlántica ni en la Unión Europea, así como la asunción de Crimea como parte integrante de Rusia y el reconocimiento de las denominadas «repúblicas populares» de Donetsk y Lugansk.
Unos compromisos irreconciliables, en principio, con la posición de Kiev, que pasaba por –además del abandono inmediato de las fuerzas rusas de territorio ucraniano– el respeto a su integridad territorial y a su soberanía nacional, lo que implica que, como país soberano e independiente, pueda decidir a qué organizaciones puede pertenecer.
Sin embargo, ayer el tono de Zelenski parecía algo más optimista en cuanto a la dirección de las negociaciones con Rusia. «Las reuniones continúan. Según tengo entendido, las posiciones de la negociación suenan más realistas. Sin embargo, todavía se necesita tiempo para que las decisiones sean en interés de Ucrania», señaló el presidente ucraniano en su último discurso a la nación.
El repliegue de Zelenski respecto a la idea de entrar en la OTAN ha venido dado a golpes de realidad. Desde el comienzo del conflicto, desde la alianza militar se ha señalado que incluir a Ucrania en el grupo llevaría a un conflicto bélico directo con Rusia.
Algo parecido a lo que sucedería si aviones de los países de la OTAN hicieran respetar al país como zona de exclusión aérea. Una medida que, no obstante, Zelenski sigue reclamando, como hizo ayer mismo en una comparecencia telemática ante el Parlamento de Canadá.

Creciente apoyo occidental

Pese a lo complicado de la situación, y al temor de una escalada del conflicto a nivel mundial, el mandatario ucraniano no deja de sumar apoyos en Occidente.
Ayer martes se produjo un encuentro atípico entre Zelenski y tres primeros ministros de países de la UE: el polaco Mateusz Morawiecki, el checo Pietr Fiala y el esloveno Janez Jansa, quienes viajaron hasta la bombardeada Kiev para mostrar su apoyo a Ucrania, jugándose su integridad física.
El que llegó más lejos en su soporte a Zelenski fue el líder polaco, quien demandó la creación de una «fuerza internacional de paz» para Ucrania. Algo que debería de venir desde la OTAN y no desde la ONU, ya que Rusia es miembro de su Consejo de Seguridad y, por tanto, tiene poder de veto.
Aunque la OTAN no acabe actuando como tal en Ucrania, numerosos países miembros sí que están enviando armamento, municiones y material sanitario al país eslavo. Unas medidas que «no son suficientes» para Zelenski, que denunció, también ayer, que pese a ser ésta la alianza militar «más fuerte del mundo», algunos de sus integrantes «están hipnotizados por la invasión rusa».
Morawiecki, cuyo país está absorbiendo el grueso del flujo de refugiados que están abandonando Ucrania por el conflicto –unos tres millones–, echó ayer otro capote al presidente ucraniano, al pedir que se dé rápidamente a Ucrania el estatus de país candidato a ingresar en la UE, algo que ya se debatió el pasado 1 de marzo en el Parlamento Europeo, con un gran apoyo, en general, después de que Ucrania lo solicitara formalmente el pasado 28 de febrero.
Un ingreso que, en todo caso, no sería inminente y tampoco pondría palos en las ruedas de oruga de los blindados de Putin. Lo que sí está frenando el avance de las tropas rusas son la resistencia de la población, las sanciones económicas a Rusia y la ayuda económica y armamentística que está recibiendo el país desde el comienzo de la invasión rusa por parte de Occidente.
Ayer, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció una nueva ley presupuestaria que incluirá un paquete de 13.600 millones de dólares (unos 12.400 millones de euros) en asistencia militar y humanitaria. Biden visitará Bruselas el próximo 24 de marzo para acudir a una reunión de líderes que ya estaba programada desde hacía tiempo y en la cual se podría debatir sobre ese estatus de candidato a Ucrania como miembro de los ahora 27.
Biden también asistirá a una cumbre extraordinaria de la OTAN, recién convocada, en la que se dirimirán los métodos para apoyar a Ucrania militarmente sin que ello suponga un enfrentamiento directo con Rusia, una vez que parece que ha sido descartada la idea de enviar aviones vía Polonia.
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