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HorizonteRamón Pérez-Maura

Atención, Montero: machista a la vista

El nuevo canciller alemán, el socialdemócrata Olaf Scholz, ha roto sus promesas electorales y no ha nombrado un Gobierno paritario de hombres y mujeres. Y no lo ha hecho por la sencilla razón de que prefiere tener personas de su confianza, cuyos méritos para el cargo vayan más allá que el ser hombre o mujer

Actualizada 12:48

Mientras la izquierda española es cada vez más sectaria, podemos ver cómo otras socialdemocracias son mucho más realistas. En España nos tenemos que tragar una ministra del Gobierno de la nación declarando que la Constitución es machista porque sólo tuvo «padres» y no «madres» con una seguridad equivalente a quien enuncia la ley de la gravedad. En esas manos estamos.

Todos sabemos que a lo largo de los últimos treinta años, desde la caída del Muro de Berlín en 1989, la izquierda ha intentado reinventarse asumiendo políticas supuestamente ecologistas, feministas, la llamada igualdad de género y la imposición de una corrección política que está siendo su mayor triunfo. Porque esa «corrección» se la ha comprado buena parte del centro derecha y hoy es una dictadura lingüística que impera en la mayoría de los medios de comunicación.

En las últimas horas hemos visto un rayo de esperanza dentro de la izquierda. El nuevo canciller alemán, el socialdemócrata Olaf Scholz, ha roto sus promesas electorales y no ha nombrado un Gobierno paritario de hombres y mujeres. Y no lo ha hecho por la sencilla razón de que prefiere tener personas de su confianza, cuyos méritos para el cargo vayan más allá que el ser hombre o mujer. Qué tío tan raro. Estoy aguardando con ansiedad la declaración de Irene Montero describiéndolo como un machista asqueroso. Pasan las horas y no llega. No lo entiendo…

Sucede que Alemania es un país en el que las mujeres triunfan por sus propios méritos. Ángela Merkel no llegó a ser canciller por ninguna cuota ni por impostados igualitarismos. Llegó por sus propios méritos y sin el apoyo de Helmut Kohl, que mandaba una barbaridad. A ella le han salido críticos muy duros a su derecha y posiblemente se equivocó con algunas políticas de refugiados que han generado graves problemas de convivencia dentro de la República Federal. Mas sus aciertos y errores son, exclusivamente, fruto de su capacidad personal para ganar cuatro elecciones generales. No de haber sido propulsada ante los medios de comunicación por unas cuotas absurdas. Pero eso no lo aceptan los que saben que sin una cuota que les dé ventaja, jamás sacarán la cabeza del pelotón. Y este Scholz tan supuestamente antifeminista según las tesis habituales de la extrema izquierda española resulta que quiere algo tan incomprensible para el entorno gubernamental de Pedro Sánchez como que en el Gobierno de la nación estén los mejores al margen de su género. Verdaderamente debe de ser un tío muy raro.

Y yo sigo esperando e Irene Montero sin protestar. Verdaderamente, no doy crédito.

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