Cartas al director
Yolanda
Yolanda Díaz fue nombrada vicepresidenta del Gobierno por Sánchez, siendo el único presidente que ha introducido a la extrema izquierda en el Gobierno de España. Tras los escándalos de corrupción del Gobierno, había gran expectación por conocer el comportamiento ético de Yolanda Díaz, la censora implacable de la corrupción ajena. Era como la prueba del algodón para saber el nivel ético de la ministra comunista. El resultado ha sido decepcionante, un insulto al ciudadano. Yolanda Díaz ha decidido permanecer en el Gobierno corrupto de Sánchez, embriagada por los oropeles del poder. Escuchar sus argumentos en los medios justificando su decisión, ha sido un homenaje al esperpento. Sus balbuceos orales como respuestas a las preguntas de los periodistas, delatan sus falaces argumentos y su cinismo. Insinuar que la corrupción de la izquierda no es lo mismo que la corrupción de la derecha es un panegírico a la inmoralidad.
Como escribió Girauta, es indignante que preguntes a una ministra si va a dejar el Gobierno corrupto y te responda Antonio Ozores.
Y es que cuando los que mandan pierden la vergüenza, los que obedecen pierden el respeto, como aseguró el escritor alemán Lichtenberg.