El estadio recibió al equipo con una pancarta en la que se lee «Barcelona, ahora y siempre»
Los motivos que tiene la afición del Barcelona para empezar a pitar al equipo
El entrenador azulgrana, Ronald Koeman, se mostró en desacuerdo con la hinchada por los silbidos que sufrió Luuk de Jong cuando entró al campo en el Clásico, pero las gradas del Camp Nou tienen más de un argumento para expresar ese veredicto
La derrota en el Clásico por uno a dos ante el Real Madrid deja al Barça a cinco puntos de los blancos, que son líderes de LaLiga. La única buena noticia del choque fue el apoyo de la afición que trató, sin éxito, de alentar a los suyos durante el partido. La banda sonora de los silbidos solo se escuchó en el minuto 87 cuando el entrenador azulgrana, Ronald Koeman, incorporó a Luuk de Jong al partido en lugar del canterano Gavi. El propio técnico se refirió a este hecho al final del partido para pedir más apoyo para su compatriota. Sin embargo, el desacierto de los culés en otro partido clave se suma a las razones por las que la afición podría recurrir a los pitos más a menudo.
El asalto del equipo de Carlo Ancelotti al Camp Nou envía al Barcelona lejos de la lucha por el título y fuera de puestos europeos con un partido pendiente contra el Sevilla. Los goles de David Alaba y Lucas Vázquez acabaron con la imbatibilidad blaugrana en casa en el campeonato doméstico y con la racha de dos victorias consecutivas con las que llegaba al Clásico.
El panorama europeo también está repleto de complicaciones con solo una victoria por la mínima ante el rival más débil de su grupo. Además, el caos institucional y económico del club revierte en una plantilla que solo ha podido blindar a sus perlas y reforzarse a coste cero.
Clásico | Poco gol y sin ideas
Sergio Busquets, Dest y Agüero, con la mirada perdida tras la derrota en el Clásico
El combinado culé terminó el partido ante el Real Madrid con sus tres delanteros sobre el césped tratando de inaugurar el marcador antes del final de un choque que ya marchaba 0-2. Sergio Agüero salvó parcialmente el honor en el minuto 96. El tanto del argentino, a pase de Sergiño Dest, apareció demasiado cerca del pitido final y supuso el segundo remate a portería del cuadro barcelonés en todo el encuentro. El protagonismo de la nómina de atacantes lo asumió el lateral estadounidense, reconvertido a extremo en un invento que Koeman repetía por tercera vez.
Dest gozó de las mejores oportunidades durante el encuentro, pero sus disparos se fueron a las nubes. En la primera parte, desaprovechó un balón franco en el área que le cedió Ansu Fati tras un envío de Jordi Alba, otro de los defensas que sobresalen en la faceta ofensiva azulgrana. Esa ocasión marrada provocó que su entrenador se llevara las manos a la cabeza. También probó fortuna en la segunda mitad, pero su disparo salió cerca de la escuadra de Thibaut Courtois.
El delantero hispanoguineano y Memphis no lograron penetrar la defensa madridista ni desbordar en duelos individuales. El Barcelona trató de sorprender con los centros laterales, un arma que, por el momento, continúa sin surtir efecto. Los jugadores pusieron 35 envíos directos sin su mayor referencia, Luuk De Jong, para rematarlos. El ariete neerlandés ingresó sin tiempo para buscar balones aéreos, pero sí para recibir los abucheos de la grada, como ya le ocurrió ante el Dinamo de Kiev.
Champions| Tres puntos y dos goleadas
Frenkie De Jong presiona el inicio de jugada del Dinamo de Kiev
El triunfo ante el Dinamo de Kiev en casa con un solitario gol de Piqué dio por satisfecha a una grada que respiró aliviada al ver los primeros puntos en el casillero en el ecuador de la fase de grupos. El estreno gris en Champions League contra los ucranianos se suma, a pesar del triunfo, a la mala comparecencia del equipo en esta edición de la máxima competición continental.
La necesidad de repetir victoria ante el Dinamo como visitante se convierte en obligación antes de recibir al Benfica en la final del Camp Nou. El enfrentamiento con los portugueses es clave para pasar de ronda, ya que cierran la clasificatoria visitando al Bayern de Múnich en el Allianz Arena.
La prolongada cuesta arriba del Barcelona en Europa se debe a las dos goleadas con las que comenzaron su andadura. La primera de ellas ante el conjunto bávaro, que hundió a los barcelonistas por cero a tres con el humillante 2-8 de Lisboa de los muniqueses fresco en la memoria. Lejos de la Ciudad Condal se produjo idéntico resultado (3-0) en la visita al Benfica en el Estadio Da Luz.
Renovaciones para paliar refuerzos
Ansu Fati reconoce que su primera opción siempre fue renovar con el Barça
La continuidad de jóvenes promesas que están llevando el peso del equipo como Ansu Fati o Pedri González es una realidad de doble filo para el aficionado. Las cláusulas multimillonarias que protegen a ambas perlas son cantidades que el club no ha podido manejar para paliar las salidas de Leo Messi o Antoine Griezmann, a quien la propia entidad reconoció que no se podía pagar.
Las inversiones pasadas en jugadores como ‘El Principito’ (120 millones), Ousmane Démbélé (140 millones) o Philippe Coutinho (140 millones) terminaron de vaciar unas arcas que la pandemia terminó de agujerear. La respuesta de la junta directiva de Joan Laporta a este desequilibrio en la plantilla solo ha podido llegar desde la incorporación de jugadores a coste cero, como la del canterano Éric García, que está lejos de su mejor nivel en la zaga.
En este sentido, Memphis Depay es el único que está ilusionando a la grada con cuatro goles y dos asistencias. Su paisano Luuk De Jong aterrizó en calidad de cedido por el Sevilla y presenta la otra cara de la moneda. Hasta la fecha, solo ha aportado un gol en sus cinco apariciones y despertado la impaciencia de la grada. Por su parte, Sergio Agüero llegó lesionado procedente del Manchester City y aún tiene margen de mejora tras el Clásico, que ha sido su segundo partido oficial con la elástica del Barça.
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