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La guerra en Cepyme es un regalo para Yolanda Díaz

Dada la fuerte división interna entre los partidarios de las dos candidaturas, el voto delegado será clave para decantar la balanza

Actualizada 04:30

Como se veía venir, la guerra ha ido a más y a sólo ocho días de las elecciones en Cepyme, nadie se atreve a adelantar cuál será el resultado. Lo que sí está claro es que la victoria de Gerardo Cuerva –o incluso una derrota por la mínima– arrojaría una honda división en el seno de la CEOE, que no debería desear nadie. Tampoco los enemigos de Antonio Garamendi, ya que las consecuencias pueden ser desastrosas para los empresarios en un momento en que todos los apoyos a la iniciativa privada son pocos ante los permanentes ataques del Gobierno.

Yolanda Díaz debe de estar frotándose las manos ante el terremoto que puede desatarse si no gana Ángela de Miguel. Y ha elegido justo este momento para echar más leña al fuego, dando entrada a Pimec –impulsora a su vez de Conpymes–, en tres organismos consultivos de la negociación colectiva. Si la representatividad de esta patronal está limitada sólo a Cataluña, eso a ella le da igual. Porque lo que pretende es limitar el peso de CEOE y Cepyme en las reuniones introduciendo una organización más afín a sus ocurrencias. Si nunca respetó el diálogo social, lo que se ha propuesto ahora es intervenirlo para ponerlo al servicio de sus dislates. Como la reducción de la jornada laboral, donde Pimec tiene mucho que decir, por cierto, dada su cercanía a Junts.

«Las pymes han de tener una representación potente porque el Gobierno está preparando otra alternativa y nosotros lo estamos validando». Tiene razón en eso Gerardo Cuerva, aunque se equivoca en el pronóstico de que «si gana Ángela de Miguel, Cepyme desaparece», que ha convertido en uno de los hits de su campaña. Nada más lejos de la realidad. Mujer preparada y trabajadora donde las haya, la candidata a la que apoya Garamendi preside CEOE-Cepyme Valladolid desde hace once años y es vicepresidenta de AMMDE (Asociación Multisectorial de Mujeres Directivas y Empresarias). Abogada por la Universidad de Deusto y socia fundadora de un despacho especializado en asesoramiento legal a empresas, defiende que Cepyme se profesionalice con una presidenta totalmente dedicada a la causa.

Su programa se articula en torno a diez ejes para dotar a las pequeñas y medianas empresas de «una voz fuerte desde la unidad de acción con CEOE y ATA, formulando propuestas concretas que mejoren su realidad más allá de las críticas». Entre otras medidas, De Miguel aboga por la reducción de la presión fiscal a las pymes y la lucha contra la morosidad que las asfixia. Y se compromete a incorporar a todas las mesas de negociación la eliminación de las cargas burocráticas. “Tenemos menos empresas de menos de diez trabajadores y esas empresas son más pequeñas. En los últimos seis años han contratado un 38 % menos y eso significa que se están destruyendo muchas de ellas. El 50 % no sobrevive ni cinco años», según diagnostica.

La empresaria vallisoletana rechaza rotundamente la jornada laboral de 37,5 horas semanales que quiere imponer Trabajo y la revalorización del SMI por ley, aunque cree que las empresas ya se han adaptado a la reforma laboral de 2021. Cuando se le pregunta por el tema, opina con pragmatismo que «en su momento la firmaron tanto Cepyme como CEOE y es algo que tenemos que asumir. Hay que hablar de futuro y lo hecho, hecho está».

Suelen decir en el 50 de Diego de León que ahí, en las críticas del granadino a la reforma laboral, reside la raíz del conflicto con Garamendi, pero no es verdad. A esas alturas ya había marejada de fondo. En marzo de 2021, el mismo día que Cuerva era reelegido al frente de Cepyme, en su discurso ante la asamblea y en presencia de toda la cúpula patronal, reprochó a los empresarios que hubieran «aceptado trágalas», en referencia a las últimas subidas del Salario Mínimo. Al líder de la CEOE no le sentó bien aquello, como no le sentaron bien otras muchas declaraciones posteriores, por no hablar del ‘Manifiesto por la dignidad empresarial’ que impulsó Cepyme en julio del año pasado. Eso marcó un antes y un después.

La campaña se está convirtiendo en una batalla encarnizada con denuncias de «guerra sucia» y filtraciones

Así que la campaña para las elecciones en la patronal de las pequeñas y medianas empresas empezó bastante antes de lo que marcan los tiempos formales. Prácticamente desde que las diferencias entre Garamendi y Cuerva saltaron de los despachos a las tribunas públicas para derivar en lo que está siendo a día de hoy: una batalla encarnizada con la denuncia de «guerra sucia» y filtraciones contra cargos de la CEOE que alimentan con deleite los medios afines a Yolanda Díaz y al sanchismo.

La pugna para recabar apoyos y votos por parte de ambos candidatos, está siendo muy dura. Y en ella se ha colado la figura de Isabel Díaz Ayuso, que presentó a Gerardo Cuerva en un desayuno de Nueva Economía Fórum tras haber asistido pocos días antes al protagonizado por Ángela de Miguel. Los partidarios del actual presidente de Cepyme quieren ver en ese gesto una baza determinante, cuando la realidad es que la presidenta de la Comunidad de Madrid, que tenía consejo de Gobierno como todos los miércoles, se quedó más tiempo del previsto porque le gustó el discurso de la vallisoletana.

Dada la fuerte división interna entre los partidarios de las dos candidaturas, el voto delegado será clave para decantar la balanza. Aunque Cuerva trató de modificar el reglamento de régimen interno para eliminarlo en las asambleas electorales, finalmente se mantuvo ante la falta de ratificación por una Asamblea General. Así que hasta el rabo todo será toro

Si pierde Ángela de Miguel y gana él, dicen las malas lenguas, es muy probable que, tras lo sucedido estos últimos meses, inicie una nueva campaña: esta vez para desbancar a Garamendi de la presidencia de CEOE. O sea, más bronca y más división en la patronal. No le hagan ese regalo a Yolanda Díaz, por favor.

  • Susana Burgos es periodista especializada en economía y empresas. Consultora de comunicación corporativa e institucional. Formadora de portavoces desde 2004
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