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Ana Corina Sosa Machado en palabras de su madre: «Todos los seres humanos hemos nacido para ser libres»

Jørgen Watne Frydne, presidente del Comité noruego, reprochó a la izquierda que criticó el galardón que priorice su ideología a los derechos humanos y pidió: «Señor Maduro acepte el resultado de las elecciones y dimita»

Act. 10 dic. 2025 - 18:05

Ana Corina Sosa, hija de Corina Machado, en la entrega del galardón

Ana Corina Sosa, hija de Corina Machado, en la entrega del galardónAFP

Lo escribió su madre, pero a ella, a su hija Ana Corina Sosa, le encargó que lo leyera en su nombre. María Corina Machado no logró llegar a tiempo a la entrega del Premio Nobel de la Paz a Oslo.

La líder de la resistencia venezolana debió estar jugando al ratón y al gato con el régimen de Nicolás Maduro o quizás este le facilito el puente de plata que se tiende a los enemigos para que no vuelvan más. Será ella la que, esta noche o mañana, cuando por fin esté en Oslo diga qué sucedió.

El exalcalde de Caracas, Antonio Ledezma, nunca perdió la esperanza. «La he visto hacer cosas increíbles», admitía por la mañana seguro de que, aunque tarde, estaría en Noruega. Y está.

La hija de María Corina Machado recogiendo en Oslo el premio Nobel de la paz concedido a su madre

La hija de María Corina Machado recogiendo en Oslo el premio Nobel de la paz concedido a su madre

La ceremonia de entrega de los galardones empezó con la interpretación en español del cantante y productor venezolano, Danny Ocean que interpretó «Yo nací en esta Rivera…».

Jørgen Watne Frydne, presidente del Comité noruego. pronunció unas primeras palabras donde recordó el caso de Samanta, Juan y Alfredo víctimas de la dictadura. A su izquierda una imagen enorme de María Corina Machado. Con detalle describió algunas de las torturas sufridas por niños: abusos sexuales, descargas eléctricas, palizas que nadie detuvo.

Siguió describiendo el «régimen brutal de Nicolás Maduro», reprocho el tráfico de mujeres y la prostitución a la que la dictadura los somete. Los «sistemas autoritarios aprenden unos de otros» y mencionó Rusia, Irán Cuba y China.

El presidente del Comité noruego mencionó al «presidente de Venezuela electo: Edmundo González Urrutia», a la familia y al círculo más estrecho de María Corina Machado. Entre otras, a Claudia Macero, presente en el Museo del Instituto.

Asimismo, criticó la posición de aquellos movimientos o partidos que han «puesto la convicción ideológica por delante de la solidaridad humana». «Nosotros –advirtió– también tenemos que preguntarnos cómo podemos ayudar a terminar con los dictadores». A continuación destacó: «La gente que vive en una dictadura muchas veces tiene que elegir entre lo difícil y lo imposible». Y reprochó que exigen «una pureza moral que ellos no tienen».

«El diálogo puede ser una trampa», insistió y recordó el número de veces que María Corina Machado participó en los diálogos en Venezuela y no sirvió de nada. Watne Frydne estableció la diferencia entre «la propaganda y la información» y denunció la manipulación que se hace al presentar a la oposición como un movimiento violento cuando «la fuente de la violencia son aquellos que están en lo más alto y que se niegan a dejar el poder». Asimismo, hizo repaso a otros galardonados como Nelson Mandela.

La señora Machado puso delante las paleletas a las balasJørgen Watne FrydnePresidente del Comité noruego

«La señora Machado puso delante las paleletas a las balas», aseveró Watne Frydne. Las elecciones en 2024, destacó, «fueron un factor clave en la designación» de María Corina machado «Premio Nobel de la Paz». «Defendieron con sus vidas las actas para que el mundo pudiera conocer el resultado de las elecciones. Fue un movimiento de base sin parangón posiblemente en el mundo» que demostró que la oposición había ganado las elecciones. Con una petición directa terminó: «Señor Maduro acepte el resultado de las elecciones y dimita» y anunció «una nueva era» para Venezuela.

Ana María Sosa Machado, emocionada durante la ceremonia, recogió el galardón de su madre y la medalla que lo acredita. El auditorio, con más de mil invitados, se puso en pie con un cerrado y prolongado aplauso.

En el atril se dirigió a la audiencia, «a los ciudadanos del mundo y a mis queridos venezolanos». En nombre de su madre, que «nunca incumple una promesa, les puede decir que en unas horas vamos a poder abrazarla aqui en Oslo, tras 16 meses» sin verla. Su abuela no pudo contener las lágrimas mientras ella contenía la emoción. Sobre los deseos y futuro inmediato de María Corina Machado, afirmó: «quiere vivir en una Venezuela libre» y «volverá muy pronto a Venezuela».

Dicho esto, se enfrentó a «la difícil tarea de dar voz a sus palabras». «La historia de un pueblo y de su larga marcha hacia la libertad» fue el principio del discurso. «De España heredamos una cultura, un idioma y una fe que se fusiona con raíces africanas». Libertad fue la palabra que repetía al hacer repaso a la historia de Venezuela. «Nunca es plena salvo que se comparta», y una convicción: «Todos los seres humanos hemos nacido para ser libres».

«Muchos pensaron que el carisma podía sustituir a la democracia» y recordó sin mencionar por su nombre al «hombre que dio un golpe de Estado» y llego a ser presidente: Hugo Chávez. Ana María, la voz de María Corina, también habló del «robo» de Venezuela, de la imposición del clientelismo y de los «nueve millones de venezolanos que han huido del país y esto no es una estadística».

El objetivo del régimen, insistió sin nombrar jamás por su nombre a Maduro o a Chávez, era «dividir a la sociedad, ver enemigos en los demás... Nos han asfixiado, tomado como prisioneros, nos han matado y nos han forzado a exiliarnos... Lo hemos intentado todo, diálogos» fracasados, «elecciones pervertidas... Creer en cualquier tipo de futuro se ha convertido en algo imposible».

Frase para la historia: «El amor venció al miedo». Recuerdo de su recorrido de punta a punta de Venezuela, las trabas del régimen que obligaba a cerrar alojamientos, restaurantes y locales de comida... Pero, «nuestra lucha era por la vida, por el bien».

La hija, en el papel de la madre, recordó la necesidad de «unir» a toda la oposición. Asumió el «duro golpe» de la inhabilitación y recordó a Edmundo Gonzales Urrutia, «el régimen creía que no suponía ninguna amenaza, pero lo subestimaron», reflexionó. La cámara enfocaba al diplomático y presidente electo exiliado en Madrid.

«600.000 voluntarios en 30.000 centros electorales», cuidaron sus votos. «La prueba sagrada del deseo de la gente» fueron las actas recopiladas, fotografiadas... Pero «el régimen emitió una orden desesperada», «los soldados desobedecieron» y las actas probaron que Edmundo González Urrutia había ganado.

La memoria no falla: «La dictadura respondió con terror. 2.500 personas secuestradas, torturadas... sacerdotes, maestros.. 220 niños detenidos tras las elecciones», que fueron golpeados, sometidos a suplicios hasta arrancarles la mentira de que ella «les había comprado».

Este premio «recuerda al mundo que la democracia es esencial para la paz». Y para tener democracia hay «que luchar por la libertad» por eso, «la causa de Venezuela trasciende nuestras fronteras», «alcanzamos la libertad cuando queremos aquello que verdaderamente importa e la vida».

«La paz –reflexionó– en último termino es un acto de amor. Venezuela volverá a respirar, abriremos las puertas de las cárceles y veremos a los injustamente detenidos salir», «veremos abuelas recibir a sus nietos» a «estudiantes debatir sin miedo», «volveremos a tener esas alegrías tan sencillas del mundo», pronosticó.

«Al fnal, –dijo– nuestro viaje hacia la libertad siempre ha vivido dentro de nosotros mismos» y entonó un «homenaje a nuestros héroes, los perseguidos políticos, los que difienden los derechos humanos, los periodistas que se negaron a permanecer en silencio, a los artistas..., a mi excepcional equipo, a mis mentores... A los líderes del mundo que se han unido a nosotros.»

Por último, agradeció a su familia y a los «millones de venezolanos anónimos que arriesgaron sus casas, sus vidas y lo hicieron por amor. A ellos –terminó– pertenece este día, a ellos pertenece el futuro».

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