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Carlo Ancelotti y Pep Guardiola se saludan en un partido de la pasada temporada

Carlo Ancelotti y Pep Guardiola se saludan en un partido de la pasada temporadaEuropa Press

Ancelotti, el jefe del fútbol total, versus Guardiola, el gurú de la posesión: se admiran y uno saldrá señalado

Carlo Ancelotti tenía las rodillas muy tocadas cuando Arrigo Sacchi le exigió a Silvio Berlusconi el fichaje del centrocampista para el AC Milan. Fue un acierto. Sacchi triunfó con Carlo, de quien decía que era su extensión en el campo, el jefe vestido de corto.

Ancelotti adquirió con Arrigo los conceptos del fútbol total, la presión asfixiante desde arriba por todo el terreno de juego, una idea que actualmente aplica como entrenador y que ha introducido como una máxima en el Real Madrid. La exigencia defensiva de 'Carletto' para que todo el equipo defienda sin balón es su herencia del Milan de Sacchi.

Hoy ataca uno de los momentos más difíciles de su carrera. Sin defensas. Sin Rüdiger, sin Carvajal, sin Militao, sin Alaba y sin Lucas Vázquez, se enfrenta al Manchester City de Pep Guardiola, que tampoco está para tirar cohetes porque también ha sufrido muchas lesiones.

Se miden el heredero del fútbol total y el gurú de la posesión. Guardiola ha hecho del dominio de la pelota un estilo. Ancelotti le elogia porque piensa que ha sido un creador del fútbol moderno. Uno de los dos estilos caerá derrotado en cuestión de ocho días, que comienzan hoy con el primer envite en Manchester. En verdad quien pierda de los dos se habrá visto derrotado por el cúmulo de bajas que soportan desde agosto. Sus dirigentes deben saberlo y valorarlo.

Uno quedará eliminado y marcado

Los dos se admiran y en su fuero interno piensan que es injusto que uno de los dos quede eliminado en febrero, porque la lista de lesiones les ha destrozado. Opinan que es injusto porque son los campeones de los últimos tres años y son los entrenadores triunfales de los dos mejores equipos de la Champions del último lustro. Han forjado la máxima rivalidad europea de esta década.

Ahora el sorteo les ha provocado el infortunio de quedar fuera de combate en febrero, en lo que serían los dieciseisavos de final. Uno de los dos caerá. Para ellos es injusto porque a la hora de verdad la plaga de lesiones no evitará las críticas al que pierda. En los clubes grandes no hay perdón para el perdedor, porque los enemigos se regodean en la derrota ajena. Tocan en la herida. Es la ley del fútbol. Al enemigo ni agua.

Carlo Ancelotti y Pep Guardiola, en el Bernabéu la temporada pasada

Carlo Ancelotti y Pep Guardiola, en el Bernabéu la temporada pasadaEuropa Press

Es un estado de crisis compartido, producto de las ausencias constantes de muchos jugadores en ambos equipos, y en ese ámbito Ancelotti lo ha hecho mejor. Ha sacado mas rendimiento a los hombres que tenía, mientras sus dirigentes decían que no contratarían a nadie en enero. Guardiola lo reconoce, su amigo Carlo continúa vivo en todas las competiciones y ha sacado a chavales de la cantera como Asencio, Gonzalo, Jacobo y Lorenzo.

El City sí ha realizado cuatro incorporaciones en el mercado de invierno (aunque Vitor Reis no ha podido ser inscrito en Champions). Ancelotti está en inferioridad numérica en ese sentido. Por eso, criticado por muchos, lo que Carlo ha conseguido hasta ahora tiene bastante más mérito que lo que ha hecho Guardiola en estas circunstancias. Fiel al club, el italiano no se ha quejado de la falta de fichajes. Los ha pedido a nivel interno, pero no ha salido a la palestra a decirlo para intentar justificarse.

La dirección deportiva madridista reconoce que su entrenador lo ha tenido muy duro. Y ahora soporta el más difícil todavía. Rüdiger, Alaba y Lucas han caído en cuestión de una semana. 'Es increíble lo que está sucediendo', comentan desde la casa blanca.

Cambio de sistema al 4-4-2

No es tiempo de lamentaciones y el responsable deportivo del Real Madrid no se queja, no llora. Hoy toca intentar un gran reto en el primero de los dos capítulos de esta historia. Hay que eliminar al City y la base es hacerlo bien en Manchester esta noche. Dice Ancelotti que la base de las victorias históricas del Real Madrid de este siglo es ejecutar bien el sistema defensivo, ese fútbol total que vivió en el Milan.

Por eso no para de explicar a sus hombres que se sacrifiquen y vigilen a su par cuando no tienen el balón. Si todos lo hacen de manera conjunta es muy difícil que les marquen goles. Y la capacidad rematadora del conjunto blanco está asegurada.

El italiano ha defendido siempre el sistema de los tres puntas en su esquema porque Rodrygo se merece jugar. Su magia ofensiva ha sido brillante y determinante en estos dos últimos meses. La solución final ha sido convertir al brasileño en un cuarto centrocampista en el esquema destructivo. Es un trabajo correoso para el chaval, que debe defender y después atacar con su talento.

Pero aquí no se salva nadie en la labor defensiva. Vinicius y Mbappé también tienen la orden de vigilar a sus marcadores. Todos han de hacerlo si quieren triunfar en esta eliminatoria, recalca el técnico madridista a sus pupilos.

Les pide juntarse en defensa, apretados, sin dejar huecos, y expandirse en ataque con Vinicius y Rodrygo muy abiertos en las bandas. La táctica se consolida con la ejecución del contragolpe en tres pases, como sucedió en el gol de Rodrygo el año pasado en el estadio del City. Es la hora. Dos grandes clubes y dos técnicos soberbios se la juegan.

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