Imagen de la infección fúngica Candidiasis
Las infecciones de transmisión sexual vuelven con fuerza y genera preocupación entre sanitarios y autoridades
En España, las infecciones de transmisión sexual (ITS) han mostrado una tendencia creciente en los últimos años, según ratifican los informes del Instituto de Salud Carlos III. Los datos son, cuanto menos, alarmantes: entre 2021 y 2023, la infección gonocócica creció un 42,6 % y la sífilis, un 24,1 % y desde el inicio de la década de 2000 se observa un aumento en la incidencia de gonorrea, la sífilis y la clamidia, especialmente en hombres jóvenes, aunque la edad varía en función de la enfermedad.
Este aumento sin fin ha generado preocupación entre sanitarios y autoridades, que intentan ponerle freno con campañas de concienciación, prevención, diagnóstico precoz, el tratamiento, la atención a la cronicidad y la mejora de la calidad de vida, sin olvidar la lucha contra el estigma y la discriminación.
Este incremento se debe «a múltiples factores», tal y como comenta a El Debate Elena Andradas, directora general de Salud Pública de la Comunidad de Madrid. «Por una parte desde la pandemia ha mejorado la exhaustividad y calidad de la vigilancia de ITS, por lo que se detecta un mayor número de casos», comienza. En segundo lugar, incide en que se debe a la «baja percepción del riesgo incluso ante conductas sexuales de alto riesgo, el cambio cultural y social respecto a la sexualidad y, por la mayor accesibilidad al diagnóstico y tratamiento».
Asimismo, Andradas destaca que las aplicaciones de contactos basadas en sistemas de geolocalización están jugando «un papel importante en la transmisión de ITS» y además, «está documentado su uso para comprar, vender o compartir sustancias». También señala que existen circuitos internacionales de ocio, en los que Madrid ocupa un lugar destacado, «por lo que aumentan las oportunidades para la difusión de estas prácticas».
Irene Fuertes, coordinadora del Grupo de Investigación de ITS y VIH de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), explica a este periódico que algunas de las causas de este aumento «suponen buenas noticias» porque «hacemos muchísimos más diagnósticos y cribados en personas asintomáticas». Igualmente, pone en valor la aparición de la PrEP, una nueva estrategia de prevención para el VIH que tiene «un montón de usuarios», y subraya que muchas personas le han perdido el miedo a esta enfermedad, lo que ha provocado que se utilice menos el preservativo.
Sobre las apps de citas, considera que no hay evidencias de que quien utiliza estas herramientas contraiga más ITS que aquellas personas que ligan de una forma más tradicional. Fuertes cree, de hecho, que las aplicaciones pueden tener ventajas a la hora de informar a los usuarios sobre cómo realizar sus prácticas sexuales de manera segura, así como de adónde tienen que acudir en caso de contraer una ITS.
Aumento de las infecciones bacterianas
Fuertes recuerda que las ITS más habituales son el virus del papiloma humano (VPH) y el herpes, dos infecciones víricas de las que no se tiene registro, ya que «es imposible saber cuánta gente en el mundo las tiene». Sin embargo, aquellas que están presentando un incremento mayor son las de origen bacteriano, que son precisamente las que se pueden tratar. Entre las más comunes destaca la sífilis, el gonococo y la clamidia. La franja de edad más afectada es la que ocupa entre los 20 y los 40 años. Aunque ha aumentado más por debajo de los 25 años, realmente lo ha hecho en todas las franjas etarias, incluida la de mayores de 60.
La doctora agradece los avances científicos que permiten en la actualidad diagnosticar las ITS mucho mejor, teniendo en cuenta que una buena parte de estas son asintomáticas. Sin embargo, sopesa que las autoridades aún pueden apostar más por la prevención y el diagnóstico: «No percibo que se esté haciendo una gran inversión en este tema. La situación en la que estamos no es estupenda, con lo cual habría que poner más recursos».
Desde la Comunidad de Madrid, Elena Andradas recuerda que la región implantó el año pasado un nuevo Plan de Prevención y Control de ITS y VIH que cuenta con siete líneas de acción específicas, que incluyen la promoción de la educación sexual integral, el diagnóstico precoz y el tratamiento temprano. No obstante, estima que hay que seguir reforzando la educación afectivo sexual «para promover un mayor autoconocimiento, autoestima y toma de decisiones informadas», así como la investigación y desarrollo de nuevas medidas de prevención primaria.
Para Fuertes, son necesarios más recursos para los sanitarios para poder incluir más usuarios en PrEP o para vacunar a toda la población del virus del papiloma humano, aunque el año pasado ya comenzó a hacerse entre los niños varones, que hasta ahora no estaban incluidos. Enfatiza que falta concienciación: «Habría que dar información sobre sexo saludable, responsabilidad con tu cuerpo, vías de transmisión, prácticas que pueden tener más riesgo... porque las personas, especialmente los más jóvenes, salgan de este desconocimiento».