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27 de julio de 2024

GaleanaEdurne Uriarte

El lobo solitario y progresista

Un lobo solitario de izquierdas atenta en Eslovaquia contra el presidente y dice el Gobierno español que eso muestra la amenaza de la derecha y la ultraderecha

Actualizada 01:30

Un lobo solitario de izquierdas, progresista, como le gusta decir a la izquierda, atenta contra el presidente eslovaco Robert Fico, un populista igualmente de izquierdas, y la candidata del PSOE a las elecciones europeas, Teresa Ribera, reacciona alertando del peligro de la derecha y la extrema derecha. Cuesta creer a veces el grado de retorcimiento de la realidad del que es capaz el sanchismo, pero ha vuelto a ocurrir, y en este caso con motivo de un gravísimo atentado contra el presidente de Eslovaquia. Pero Ribera dijo literalmente eso, después remachado por Albares, que violencias como esta deben prevenirnos contra la derecha y la extrema derecha y los ataques al Gobierno como los que ocurren en España.

Algunos comenzaron a imaginar tras el atentado la posible reacción de la izquierda si el atacante hubiera pertenecido a grupos de extrema derecha. Pero incluso ellos volvieron a quedarse cortos con la falta de límites del socialismo español. Simplemente, lo que ha hecho el sanchismo es tergiversar por completo los datos del atentado con el fin de apuntar a la derecha y seguir con su campaña de la amenaza de la derecha y la ultraderecha.

Y si hay algo de lo que permite hablar este atentado y también el caso eslovaco es de la amenaza de la izquierda y de la ultraizquierda. Sobre todo, porque el autor de los disparos es, según el progresista El País, un poeta conocido por su pertenencia a grupos e ideas de izquierdas y opuesto al apoyo de Fico a Rusia y a sus políticas en materia de corrupción y medios de comunicación. Es decir, un progresista, y muy violento, al margen de las condiciones psicológicas del lobo solitario que conoceremos más adelante.

Pero, además, Robert Fico es también un presidente progresista, de la misma filiación ideológica que Sánchez, tanto es así que su partido, Smer, es miembro de la Internacional Socialista que preside el propio Sánchez. Y Fico ha tenido la misma deriva iliberal y populista que Sánchez. Procedente del comunismo, evolucionó hacia la socialdemocracia, y, en los últimos años, hacia medidas autoritarias y populistas semejantes a las de Sánchez, entre otras cosas, en materia de corrupción o en ataques a los medios de comunicación, en la versión eslovaca de «la máquina de fango» que pregona aquí Sánchez.

Ahora bien, sus compañeros progresistas gustan de equipararlo a Orban o a Trump en lugar de a los populistas de su familia política, lo que es la manera habitual de negar la existencia del populismo de izquierdas, como el de Fico o el de Sánchez. Y, por supuesto, de negar la realidad europea de la izquierda y de la ultraizquierda. Una tergiversación de la realidad política europea que ha logrado con éxito la izquierda en Europa Occidental, y que es la materia central de nuestro libro «La extrema izquierda en Europa Occidental».

Lo más asombroso de esa tergiversación y del mensaje de la derecha y la ultraderecha que tanto repite Sánchez es que funcione en España, un país donde la extrema izquierda está en el propio Gobierno, donde partidos extremistas de izquierdas como Bildu y ERC son socios de Sánchez, o donde hemos tenido un terrorismo de extrema izquierda, ETA, hasta muy recientemente. Aquí como en Eslovaquia hay un fuerte populismo de izquierdas en el Gobierno, pero, además, hay una ultraizquierda en el propio Gobierno y entre sus socios.

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